Desde Orio, tardamos menos de diez minutos en alcanzar Zarauz por la N-634, villa que se ha hecho famosa gracias a su amplia playa y al restaurante de Karlos Arguiñano. Estacionamos por detrás de la playa, muy cerca del convento de San Juan, del año 1610.
La iglesia del convento de San Juan presenta una impresionante fachada de piedra, adornada con detalles góticos y renacentistas. Aparte de la fachada, el edificio destaca por su torre campanario.
A partir del convento de San Juan, penetramos en el apretado casco viejo de Zarauz caminando por la calle San Francisco. Y la primera parada fuen en el cruce con la calle Zigordia, a la altura de la taberna Jatetxea, que destaca por su fachada blanca.
En esta esquina podréis ver la Casa Dotorekua, fundada en el siglo XVI por el doctor Juan Ortiz de Zarauz, corregidor de Castro Urdiales. La fachada llama especialmente la atención, ya que muestra un escudo de armas del linaje de los Zarauz.
A través de la calle Zigordia alcanzamos la porticada plaza del Ayuntamiento, de planta rectangular. En un lateral se alza el edificio consistorial, cuya fachada en piedra resalta de forma brillante entre el resto de edificios.
Por detrás del Ayuntamiento, en la calle Mayor (Nagusi), se encuentra la Torre Larga o Luzea. Construida en el siglo XV, es todo un ejemplo de la arquitectura medieval vasca. Ha sido restaurada para mantener su carácter histórico.
La calle Mayor (Nagusi) nos condujo a la plaza de la Música, cuyo centro está presidido por un gran kiosco. Años atrás, los sábados y los domingos, los partisanos acudían a este rincón de la villa para bailar.
En una esquina de la plaza de la Música se alza la Casa Makatza, construida en el siglo XV. Su aspecto actual se debe a la restauración que se realizó en 1989.
En el exterior del casco antiguo se localiza la emblemática iglesia de Santa María la Real, construida en el siglo XV en estilo gótico. Su interior es impresionante y vale la pena visitarla.
Situado entre el casco antiguo y el mar Cantábrico, frente a la iglesia de Santa María, podréis ver el Palacio de Narros, un edificio renacentista erigido en el siglo XVI.
El palacio de Narros ha sido residencia de ilustres visitantes, incluyendo a la reina Isabel II de España. Desde la barandilla exterior tendréis una buena panorámica de la playa de Zarauz.
En el Palacio de Narros comienza el paseo Marítimo de Zarauz, que es perfecto para caminar, andar en bicicleta o simplemente disfrutar de las vistas al mar y la playa.
Con más de 2,5 kilómetros de longitud, la de Zarauz es una de las playas más largas del País Vasco. Ese día de finales de agosto, fresco y con el cielo cargado de nubes, no invitaba al baño. Fue más sensato caminar por la arena y disfrutar del mar.
Zarauz es famosa por ser un destino excelente para practicar surf. Hay varias escuelas de surf y tiendas de alquiler de equipos a lo largo del paseo Marítimo. Las olas de su playa son perfectas para surfistas de todos los niveles.
El famoso chef Karlos Arguiñano tiene un restaurante en Zarauz que es muy popular por su excelente cocina y su ubicación junto al mar.
El restaurante tiene precios a la carta y un menú degustación. Se recomienda reservar mesa con antelación. Nosotros no lo hicimos, y nos quedamos fuera de juego.
En el lado del restaurante que se asoma a la playa se encuentra la escultura de Karlos Arguiñano a tamaño real. Y lógicamente, es uno de los lugares que más fotos acapara de Zarauz.