El Parque Nacional de Ordesa es una joya del Pirineo aragonés que nunca deja de asombrarme. He recorrido sus cuatro grandes valles —Ordesa, Pineta, Añisclo y Escuaín— descubriendo cascadas, cañones y paisajes de vértigo. Cada ruta es una inmersión en la naturaleza más salvaje y espectacular.