Esta ruta circular por la Ciudad Alta de Cuenca tiene su origen y final en la plaza Mayor, concretamente junto a la fachada de la Catedral.
Dos calles parten de la plaza Mayor a la altura de la Catedral, la calle de San Pedro y la Ronda Julián Romero, la que tomamos nosotros inicialmente. Los primeros metros de esta vía transcurren junto al muro que cierra el claustro de la Catedral.
La Ronda de Julián Romero es muy estrecha, lo suficiente para que a media tarde el sol no te impacte de lleno. Caminando por la sombra dimos con la Posada de San José, del siglo XVII, ubicada en el antiguo colegio de San José. La fachada es lo mejor del edificio.
Posada de San José |
Posada de San José |
Avanzando por la sombría Julián Romero alcanzamos el primero de los dos miradores con que cuenta esta calle, y que se asoma a la hoz del Huécar: el Mirador Florencio Cañas. Hacia la izquierda contemplamos el antiguo convento de San Pablo, transformado en el Parador Nacional de Cuenca, y hacia la derecha el Cerro del Socorro, de 1.147 metros de altura, coronado por el Monumento al Sagrado Corazón.
Unos metros calle arriba, superado el segundo mirador, que lleva por nombre Pintor Víctor de la Vega (las vistas son similares al del anterior mirador), llegaréis al Cristo del Pasadizo, un pasaje cuyo interior aloja una escultura que representa a Jesucristo crucificado.
Cristo del Pasadizo |
Cristo del Pasadizo |
El siguiente tramo de subida al Castillo lo realizamos por la calle de San Pedro, el principal eje que vertebra la parte alta de Cuenca.
Hacia la mitad de la calle conviene detenerse frente a la monumental portada del Colegio de los Jesuitas. Fundado en 1554, se trata de una casa donada por Pedro del Pozo y reformada por Juan de Palacios (1560-1616), maestro cantero.
En la parte alta de la calle se alza la iglesia de San Pedro, levantada sobre una antigua mezquita árabe en tiempos de Alfonso VIII. Si el calor no os agobia y os veis con ánimos, podéis subir al campanario para disfrutar de las vistas de Cuenca.
A continuación nos encaminamos a la parte más estrecha del morro que acoge la Ciudad Alta de Cuenca. En este punto las hoces quedan muy cerca una de la otra. Antes de llegar al Castillo podremos ver, a nuestra derecha, algunas construcciones interesantes, como el convento de las Carmelitas, un edficio barroco de planta poligonal que se adapta al terreno sobre el que se asienta.
Otra construcción singular que veremos es el Archivo Histórico Provincial de Cuenca. El edificio formó parte de la Alcazaba y posteriormente del castillo cristiano, construcción que perduró hasta el siglo XVI.
Posteriormente el edificio pasó a ser usado como sede del Tribunal de la Santa Inquisición, función que perduró hasta el año 1808, cuando fue tomado por los franceses y usado como cuartel durante la Guerra de Independencia.
A los pies del Archivo, en lo más alto de la hoz del Júcar, tenéis uno de los miradores más espectaculares de la hoz del Huécar, que ofrece una panorámica de la Ciudad Alta, del Parador Nacional, del puente de San Pablo y del cerro del Socorro.
Y en el lado opuesto, a unos metros por debajo de la entrada al Archivo Provincial, podéis asomaros al Mirador Antonio Pérez, que brinda una fenomenal perspectiva de la hoz del Júcar.
Situado en lo más alto de la ciudad, entre las hoces del Júcar y el Huécar, el Castillo de Cuenca fue fortaleza árabe y conquistado por Alfonso VIII en el siglo XII. La última reforma se produjo en la época de Felipe II.
Unas escaleras de piedra permiten subir a la muralla que protegía la ciudad de Cuenca. Desde lo más alto podréis contemplar lo poco que queda del Castillo: dos construcciones cúbicas, restos de los paños de la muralla y el Arco Bezudo, que conserva un escudo con toisón.
El Arco del Bezudo es el único acceso al barrio del Castillo. Se trata de una de las antiguas entradas al recinto amurallado de Cuenca. Fue construido en el siglo XI y restaurado en el siglo XVI.
Ubicada junto a los restos del Castillo, la puerta del Bezudo está formada por un arco de medio punto protegido por dos cubos cuadrados y por un puente que sortea el foso defensivo. En la parte superior del arco se puede ver el escudo con toisón.
Regresaremos a la plaza Mayor por la calle del Trabuco, trazada sobre la hoz del Júcar. Primeramente nos detendremos en las escaleras que acogen el Arco de la plaza del Trabuco, un arco de piedra de medio punto, construido en sillería, perteneciente a una de las entradas de la muralla de Cuenca.
Arco de la plaza del Trabuco |
Calle del Trabuco |
Desde la calle del Trabuco se accede a los miradores de la hoz del Júcar; de hecho, toda la calle es un magnífico mirador (hay uno dedicado a Camilo José Cela). Hacia la derecha, por encima de la muralla, se puede ver el gran meandro que describe el río.
Al final de la calle Trabuco daréis con la pista de cemento que desciende a la hoz del Júcar. Bajar por ella hasta el río es una buena opción, siempre y cuando no estéis a 38 grados. La segunda opción, más sensata, fue regresar a la plaza Mayor por la calle Severo Catalina.
Al inicio de esta calle, haciendo esquina con la plaza de San Nicolás, se halla la Casa Zavala, un edificio palaciego levantado en la segunda mitad del siglo XVIII. Actualmente acoge exposiciones temporales.
Casa Zavala |
Casa Zavala y plaza de San Nicolás |
Concluimos esta ruta circular en la plaza Mayor, donde la iniciamos unas horas antes. Llegamos a ella por la calle Severo Catalina, vía que, hasta alcanzar el Ayuntamiento, queda encajonada entre los edificios y el murete de la plaza.