Lo primero que le llama a uno la atención cuando llega a Cañete es su larga muralla del siglo X. El tramo intacto más largo lo encontraréis junto a la carretera CM-2106.
La Muralla del siglo X es uno de los mejores ejemplos de fortificación musulmana de España, y sin duda, la construcción que más ha condicionado el urbanismo de Cañete. Está conservada en su totalidad, aunque en algunos lugares el crecimiento urbano la ha embutido dentro de otras edificaciones.
La Muralla fue construida de una sola vez y según un diseño unitario, por lo que ofrece una completa uniformidad. Es de aparejo de mampostería bien cuidada y debía contar con merlones sencillos. Ha perdido casi por completo el adarve.
Su rasgo más característico es su perfil quebrado, que permitía la defensa de flanqueo sin recurrir a cubos o torres. Sólo al final de cada lienzo, en cada giro brusco del muro, se lenvantan cubos circulares.
La Muralla parte de ambos extremos del castillo para descender el abrupto cerro de Cañete y abrazar la población, aprovechando los fuertes desniveles, las crestas rocosas y el cauce del río de la Virgen como elementos topográficos de refuerzo.
A lo largo del tiempo, la Muralla tuvo reformas y mejoras, desde bajomedievales hasta carlistas en el siglo XIX, que no afectaron salvo en detalle su fisonomía original.
Situado a 1.170 metros de altitud, en lo más alto del cerro que, probablemente, dio nombre a Cañete, se alza el Castillo de Cañete, una construcción de época islámica.
Es un ejemplar exacto de castillo roquero, de planta topográfica adaptada al terreno aprovechando los estratos de caliza jurásica y buzamiento casi vertical que culminan la altura. Tiene más de 200 metros de longitud por unos 20 metros de anchura máxima, lo que lo convierten en una de las fortalezas más grandes de Cuenca.
La Puerta de San Bartolomé es, junto con la Puerta de las Eras, una de las dos entradas acodadas a la villa. En este caso, bajo sus arcos arrancaba el camino que partía hacia el norte, hacia los castillos de Huélamo, Beteta, Albarracín y todas las pequeñas poblaciones de la Serranía Alta.
La puerta hasta hace pocos años estaba en un estado lamentable, desaparecidos gran parte de sus sillares. La restauración le ha devuelto su primitiva fisonomía, aunque queda por recomponer el piso superior.
La Muralla cuenta con tres accesos mayores (puertas de la Virgen, de las Eras y de San Bartolmé) y al menos un postigo original, la Puerta del Rey.
La Puerta de las Eras fue el principal de los accesos musulmanes de Cañete. Abierta al oeste del perímetro fortificado daba paso a la vega del río Virgen de las Fuentes y al viejo camino hacia Teruel y Albarracín, quizás antigua calzada romana y ruta medieval de primer orden.
Se trata de una Puerta-torre de espectaculares dimensiones (unos 12 por 8 metros de planta), que muestra un complicado sistema de tránsito mediante codo y pasadizo con bóveda de cañón en el que se acumulaban arcos de herradura de diferente luz, dobles portones y rastrillo levadizo.
La iglesia de Santiago es la única superviviente de las tres parroquias medievales de Cañete, tras la temprana desaparición de las deicadas a San Andrés y Santa María.
La iglesa se edificó en los siglos XVII-XVIII sobre anteriores templos. Se encuentra en el extremo sureste de la villa, junto a las murallas, y estuvo adosada al desaparecido palacio de los Hurtado de Mendoza, marqueses de Cañete, que ocupaba la actual explanada junto a la iglesia.
Otro espacio que no debéis perderos en Cañete es su plaza Mayor. Situada en el centro de la villa, está parcialmente porticada y a su alrededor se encuentra el Ayuntamiento y la biblioteca.
En un lateral de la plaza, en el extremo opuesto a la fuente, veréis la estatua dedicada a Álvaro de Luna, condestable de Castilla nacido en Cañete en 1390.
En cualquier día del año uno puede tomar un refresco en la terraza de alguno de los bares con que cuenta la plaza. Pero ese día, las sillas estaban encadenadas, unas sobre otras, y los bares cerrados. Fue más sensato acercarse a la fuente de la plaza, del año 1887, y beber agua fresca.
Queríamos almorzar en Cañete, pero no fue posible. En un bar del centro no quisieron servirnos algunas raciones que se exhibían en la barra ("sólo son para tapas", se excusaron), y en el restaurante La Muralla nos dijeron que estaban completos. De camino al Alto Tajo, hicimos parada bocadillera en Huerta del Marquesado, pueblo serrano que ese día también tenía cerrados sus restaurantes.
Cañete es una puerta a la Serranía Alta de Cuenca, su topónimo así lo indicaría. Y esa puerta es la carretera CM-2106. Pasado Huerta del Marquesado, la vía serpentea por el fondo de barrancos y ramblas, hasta alcanzar la laguna del Marquesado, una Reserva Natural donde resulta fácil contemplar aves, peces, ranas... Eso sí, el acceso en coche no es fácil (debes dejarlo en algún hueco de la carretera).