Unos tres kilómetros separan Lanuza de Sallent por una carretera local que ofrece una bella panorámica de la Peña Foratata. En la parte baja de Sallent, junto a la Central Eléctrica, veréis un aparcamiento de coches y autocaravanas. Nosotros dejamos el vehículo aquí.
Ahora caminaremos por la calle que asciende junto al río Aguas Limpias. La Central Eléctrica de Sallent, que afea un poco la entrada a la villa, quedará a vuestra izquierda.
Sallent se ubica junto al río Gállego y su afluente, el Aguas Limpias, sobre el que se levanta el Puente Viejo, de origen medieval.
Los puentes de mampostería, elaborados a partir de piezas irregulares, fueron construidos desde la más remota antigüedad llegando a la cumbre de su solidez y calidad durante la civilización romana.
A este periodo pertenece el Puente Viejo. El encargado de su construcción hacia el año 1567, en sustitución de un antiguo paso de madera, fue el maestro de obras guipuzcoano Juan de Barrabica, quien lo dotó de unas considerables dimensiones en comparación con la mayoría de los puentes de esa época: 8 metros de luz y 4 metros de flecha.
En la margen derecha del río Aguas Limpias, a unos metros por encima del Puente Viejo, se encuentra la plaza del Mentidero, el punto de encuentro de los ciudadanos de Sallent.
Anexo a la plaza del Mentidero se halla el Ayuntamiento de Sallent, un lugar muy concurrido por dos motivos: por acoger el bar Casino y por la presencia de la estatua del Gigante de Sallent.
La estatua, inaugurada en 2014, está realizada por Pedro Larraz en bronce a tamaño real. Está colocada directamente en el suelo, sin pedestal, para poder comparar su gran altura (2,29 metros). A sus pies hay una placa en bronce con letra en relieve con el nombre del autor y el homenaje del pueblo de Sallent a Fermín Arrudi Urieta.
Al final de la calle Francia, pasado el Ayuntamiento, se abre la plaza Valle de Tena, un espacio utilizado como aparcamiento que alberga un rocódromo y diversos restaurantes.
La plaza tiene salida al río Aguas Limpias. Si camináis por la orilla podréis contemplar una buena panorámica de las montañas que rodean a la villa. La vista está amenizada por la presencia de un puente de madera.
En la parte alta del pueblo se encuentra la iglesia de la Asunción, de un gótico montañés tardío, cuyo interior destaca por su excelente retablo plateresco.
Numerosas muestras de arquitectura popular rodean la iglesia parroquial y la plaza del Mentidero. Conviene callejear para descubrir algunas de ellas.
La población ha ido creciendo y las construcciones de pizarra han desplazado el casco urbano tradicional, con lo que se ha creado un amplio núcleo de evidente carácter turístico.