El inicio de la ruta se encuentra en el aparcamiento del telesilla de la estación de esquí de Panticosa. Antes de cruzar el puente sobre el río Bolática encontraréis la máquina expendedora de las Pasarelas (4€ por persona). Si sacáis las entradas por Internet os costará 3€.
Ahora deberéis seguir los carteles indicativos que anuncian las Pasarelas. Dejaréis atrás el cemento y abordaréis la senda pedregosa que asciende hasta la entrada. Caminaréis por ella unos quince minutos, con el aliciente de poder contemplar Panticosa a vuestras espaldas.
La senda concluye en el puesto de control de las Pasarelas, lugar donde deberéis mostrar la entrada a los empleados. Si los niños no tienen siete años o no miden más de 1,30 metros no podrán pasar.
A partir de aquí tendréis vía libre a la Pasarelas metálicas. Conviene extremar las precauciones, sobre todo si vais acompañados de niños pequeños. Tratad de no asomaros mucho al abismo.
En los primeros metros, las Pasarelas están ancladas en la pared de la margen izquierda del río Caldarés y ofrecen gran verticalidad. La altura hasta el fondo es considerable (unos 25 metros). Aquellos que sufráis de vértigo lo pasaréis un poco mal, ya que, desde de la trama de hierros que forma la pasarela, veréis el fondo del barranco.
Cuando hayáis cubierto un cuarto del recorrido alcanzaréis el puente que cruza el barranco, uno de los tramos más impresionantes de las Pasarelas, pues brinda unas vistas espectaculares del trazado, del barranco y del río Caldarés.
Una vez crucéis el puente avanzaréis por la pared de la margen derecha del río. La altura sobre el fondo del barranco continuará siendo abrumadora (unos 25 metros). Las vistas sobre el barranco os dejará sin habla.
Os he de comentar que, depende de la gente que realice el trayecto, la marcha se verá ralentizada. Las Pasarelas son muy estrechas y es complicado sortear a las personas, además de peligroso.
Pasarelas metálicas |
Pasarelas metálicas |
Otro de los motivos por los que os costará avanzar es la toma de fotos. No os cansaréis de realizar buenas instatáneas. En algunos tramos del recorrido veréis unos salientes en la Pasarela. Se trata de unos balconcitos con vistas privilegiadas.
Río Caldarés desde las Pasarelas |
Río Caldarés desde las Pasarelas |
El tramo final ya no es tan espectacular. Una puerta metálica que sólo se abre hacia el exterior (el sistema evita que la gente se cuele) pone fin a los 400 metros de Pasarelas.
Avanzaremos ahora por la senda de tierra que conduce al mirador O Calvé. Antes de llegar a esta privilegiada atalaya (y también cuando la paséis) veréis unos búnkeres construidos tras la Guerra Civil española.
Estos elementos fortificados forman parte de la denominada línea P (Línea Defensiva de los Pirineos); evitaban la posibilidad de una invasión militar desde el sur de Francia. Se estima que se construyeron cerca de seis mil búnkeres.
El Mirador del Calvé (O Calvé en la habla local) se emplaza en lo más alto del cerro o tozal del mismo nombre, a 1.270 metros de altitud.
Desde el mirador se obtienen unas fabulosas vistas del casco urbano del Panticosa y de su entorno natural, desde la sierra de Telera hasta la sierra Tendenera, pasando por el valle de Caldarés.
El regreso a Panticosa desde el Mirador O Calvé os llevará unos veinte minutos. Debéis seguir la ruta circular que finaliza en la urbanización Nievesol.
Avanzaréis en un prolongado descenso por un camino de cabras, que en algunos puntos os obligará a extremar las precauciones para tratar de no resbalar.