Ash Mountain. P.N. de las Secuoyas |
Referente al coche de alquiler:
Y en cuanto a esta etapa:
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Chevrolet Cavallier |
A primera hora de la mañana, una vez desayunamos en el bar del motel, partimos de Needles (California) por la Interestatal 40. Avanzamos en dirección oeste, por el límite sur de la Reserva de Mojave. A partir de Barstow tomamos sucesivas vías: la autovía 58 hasta Bakersfield, la autovía 99 hasta Oildale, la carretera 65 hasta Porterville y finalmente la 198 hasta Three Rivers, la puerta de entrada al Parque Nacional de las Secuoyas.
Carretera 198. Three Rivers |
La carretera "Generals Highway" recorre el Parque Nacional de la Secuoyas, y circular por ella nos costó 20$ (coste por vehículo), cantidad que tuvimos que abonar en Ash Mountain, la puerta de entrada a la reserva. El Parque Nacional posee algunos miradores que brindan una exquisita panorámica del entorno, como el Amphitheater Point, punto desde el que se avistan las altas cimas pétreas.
A partir de este punto, la carretera se adentra en la espesura del bosque y gana altura de forma vertiginosa, hasta alcanzar los dos mil metros de altitud. La siguiente parada en la ruta fue en el Giant Forest, o bosque gigante, que cuenta con hermosos ejemplares de secuoyas.
Giant Forest |
Giant Forest |
En el Giant Forest existen varias sendas bien señalizadas que penetran en la espesura del bosque. Nosotros realizamos una de dos kilómetros, que era circular, y que nos permitió admirar la belleza de estos majestuosos árboles.
Senda Circular. Giant Forest |
Senda Circular. Giant Forest |
Senda Circular. Giant Forest |
La siguiente parada se produjo a pocos kilómetros carretera arriba, sin dejar la cota dos mil. A mano derecha, muy cerca de la cuneta, se hallaba el General Sherman, el árbol más grande del mundo, con 84 metros de altura y 11 metros de diámetro. Una valla de madera lo rodeaba, evitando así que los turistas nos aproximáramos hasta la base.
Proseguimos por la "Generals Highway", que en un prolongado descenso nos acercó hasta el cauce del río Marbe Fork Kaweah. Tras continuos subes y bajas por un frondoso bosque de vigorosos árboles, llegamos a Lost Grove, otro reducto verde jalonado de espectaculares secuoyas.
Bosque Lost Grove |
Bosque Lost Grove |
Con la llegada del ocaso, abandonamos el Parque Nacional por la carretera 180, que en dirección oeste y en un continuo descenso, nos condujo hasta Fresno, pequeña localidad que nos dispensó fonda y el anhelado alojamiento. A la altura de la autovía 99 hallamos un económico motel, el Parkway Inn (28$), y al inicio de la carretera 180 dimos con un área de servicio donde se agolpaban varios restaurantes de comida rápida.
Partimos de Fresno de buena mañana. Tomamos la carretera 41 en dirección norte, hasta alcanzar la entrada sur del Parque Nacional de Yosemite. Como nos ocurriera en el Gran Cañón y en el parque de las Secuoyas, aquí también tuvimos que abonar los 20$ de rigor.
Más adelante, circulando por la carretera Wawona, nos detuvimos en el Mirador del Túnel, que ofrecía una maravillosa vista panorámica del Parque Nacional, con la mole vertical del Capitán (2.307 m) destacando a la izquierda del valle.
El río Merced vertebra el valle de Yosemite. En la parte llana se encuentra la zona de servicios: restaurantes, el centro de visitantes y diversas zonas de acampada. Estacionamos el coche al final de la carretera (era solo de ida), en el aparcamiento Trailhead, en Upper Pines.
De allí partía la principal senda que recorre el parque, la High Sierra Loop, que sigue el valle del río Merced. Y esta fue la ruta que hicimos nosotros:
Un cartel rojo indicaba las distancias en millas y en kilómetros que había hasta los diferentes destinos del recorrido. Las rutas estaban hechas para principiantes como nosotros, que nos habíamos propuesto alcanzar el lago Esmeralda, y para expertos montañeros que quisieran cubrir los 21 kilómetros que distaban hasta el lago Merced. El de la foto inferior soy yo. El careto era fruto del cansancio acumulado, a consecuencia de las grandes distancias que habíamos cubierto en coche.
La distancia que debíamos cubrir era de 2,4 kilómetros (ida) hasta la cascada Vernal, con un desnivel de unos 400 metros. El primer tramo no revestía dificultad. Remontamos el valle por su margen derecho, con el río Merced al fondo de una garganta, mezclados entre un numeroso público y rodeados de un espeso bosque. Entre los árboles pudimos ver muchas ardillas que se acercaban en busca de comida fácil.
Un alto en la senda |
Una alegre arilla |
Estábamos en pleno otoño, con el bosque exibiendo sus colores característicos de esta estación: rojos, amarillos, marrones... ; y altos pinos de hojas perennes ponían el toque exótico a este magnífico decorado.
De repente, se hizo un claro en el bosque y alcanzamos el pedregoso cauce del río Merced. Cruzamos a la orilla opuesta por un puente de madera y al fondo apareció un hilo de agua que se proyecataba sobre una pared vertical. Se trataba de la catarata Vernal, de 97 metros de altura.
Catarata Vernal |
Catarata Vernal |
Nos propusimos subir a lo más alto de la cascada Vernal, y para ello seguimos la senda High Sierra. Aquí vino el tramo más duro de la ruta, el que salvaba los 100 metros de caída de la catarata. El comienzo resultó fácil, con un ascenso suave, y el tramo final fue el más retorcido y pedregoso. Al fin alcanzamos la parte superior; estábamos a 1.540 metros de altitud. Desde esa estupenda atalaya vimos cómo se precipitaban al vacío las aguas del río Merced.
No quisimos concluir aquí nuestra aventura por Yosemite. Doscientos metros río arriba, caminando por la senda High Sierra, alcanzamos las aguas color turquesa del lago Esmeralda, situado a unos 1.600 metros de altitud. Este remanso de paz, en uno de los parque más emblemáticos de Estados Unidos, puso la guinda a dos maravillosas jornadas por las montañas de Sierra Nevada.
De vuelta al Centro de Visitantes, circulando en coche por una vía de un único sentido, almorzamos unas porciones de pizza en un restaurante de comida rápida. A media tarde partimos por la estatal 140 en dirección a Merced, la principal villa que da servicio al Parque Nacional de Yosemite.
No nos venía bien dormitar en Merced. Al día siguiente queríamos visitar la península de Monterrey. Por eso, al caer la noche, partimos de Merced por la carretera 33 sur. Queríamos alcanzar cuanto antes la costa y le dimos caña al Chevrolet Cavalier. En el siguiente cruce tomamos la carretera 152 hacia el oeste, vía Los Baños, y posteriormente la autovía 156.