Esta ruta comienza en la plaza de la Mercancía, situada muy cerca de las Dos Torres. Este lugar ha sido un centro de comercio y actividad mercantil desde la Edad Media. Su nombre refleja su función histórica como lugar de comercio y transacciones.
En un lateral de la plaza podréis ver el Palacio de la Mercancía, construido en el siglo XIV en estilo gótico, y que ha servido como la sede de la Cámara de Comercio de Bolonia. El palacio presenta una fachada de ladrillo rojo con ventanas ojivales y una logia con arcos apuntados.
Por la Vía Santo Stefano, en cinco minutos, alcanzaremos la plaza San Stefano, una de las más bonitas de la ciudad. Tanto de día como de noche, la plaza tiene mucho encanto, con la fachada de las diferentes iglesias de San Stefano dominando el paisaje.
Bolonia cuenta con muchas iglesias antiguas, todas ellas de acceso gratuito: Catedral, San Petronio, San Domenico y, la que estábamos a punto de visitar, la basílica de San Stefano.
Conocida como el "Complejo de las Siete Iglesias" (Complesso delle Sette Chiese), la Basílica de San Stefano es un grupo de edificios religiosos interconectados que datan de diferentes épocas.
El complejo se remonta al siglo V, cuando San Petronio, el obispo de Bolonia, decidió construir un conjunto de iglesias en un solo lugar para replicar los lugares sagrados de Jerusalén. La iglesia del Santo Sepulcro, construida en el siglo V con forma circular, está diseñada para parecerse al Santo Sepulcro de Jerusalén.
A lo largo de los siglos, el complejo ha experimentado numerosas ampliaciones y modificaciones, resultando en una mezcla de estilos arquitectónicos que incluyen elementos románicos y paleocristianos. La iglesia del Crucifijo es la principal del complejo, caracterizada por su estilo románico y que alberga una cripta del siglo VIII.
En el interior de San Stefano veréis tumbas, dos pequeños patios y la Fontana de Pilato, que tiene una pila con inscripciones lombardas del siglo XVIII.
El claustro medieval, con sus arcos y columnas, es un lugar tranquilo para reflexionar y apreciar la arquitectura histórica de estos templos.
Poco más de una hora tarda el avión en cubrir la distancia que separa Barcelona de Bolonia. En el vuelo de ida sobrevolamos el mar Mediterráneo, hasta alcanzar la costa tirrena de Italia. Y antes de aterrizar en el aeropuerto de Bolonia pudimos contemplar los Apeninos con sus altas cimas cubiertas de nieve.
El tren del aeropuerto ha sustituido al servicio de autobús. Y se aprovechan de ello, encareciendo de forma brutal el precio del billete (9€ por trayecto). La tarifa familiar, para tres personas, salía por unos 20€, por lo que decidimos tomar un taxi hasta la estación Central de ferrocarril (17€). El edificio ferroviario fue el punto de partida para conocer hermosas ciudades de la región.
El alojamiento en la ciudad estuvo a la altura de las circunstancias. Elegimos el hotel Palace Bologna Centro, situado en la Vía Monte Grappa. La ventana de la habitación brindó una excelente vista panorámica de la ciudad, con las altas torres medievales sobresaliendo por encima de los tejados.
Tened presente que el hotel Palace Bologna Centro es ideal para alojaros (por su situación), pues se encuentra a cinco minutos de la plaza Mayor. Y recorad que:
- En el hotel os exigirán la dichosa tasa turística (2€ por persona y día).
- El desayuno del hotel es caro (8€ por persona). Por ese precio desayunamos los tres en un bar.