Esta ruta en coche comienza en Zumárraga, en la comarca del Alto Urola. Tomamos la carretera GI-2630, y en poco más de veinte minutos alcanzamos el puerto de Udana, de 521 metros de altitud.
Atrás quedó el valle del Urola; ahora nos recibía un nuevo río, el Olarán, que tributa en el valle del Deba. El puerto nos brindó una fantástica panorámica del Parque Natural de Aizkorri-Aratz, con Oñate a sus pies.
Oñate fue señorío independiente hasta mediados del siglo XIX. En esta villa monumental hay ejemplos arquitectó- nicos que van desde el gótico hasta el renacentismo.
El descenso del puerto por el valle del río Olarán concluyó en Oñate, una de las villas más monumentales del País Vasco. Comenzamos la visita por la vieja estación de tren, que ya no presta servicio. Junto al edificio ferroviario admiré una robusta locomotora de vapor.
En esta villa monumental vimos ejemplos arquitectónicos que van desde el gótico de la iglesia de San Miguel al bellísimo renacentismo de la universidad de Sancti Spiritus. La universidad se comenzó a construir en 1540 y está considerada como una de las más antiguas de España.
Junto a la universidad se alza la iglesia parroquial de San Miguel, construida en el siglo XV en estilo gótico. El claustro fue añadido años después por encargo del fundador de la universidad. La torre del campanario es del siglo XVIII.
De la iglesia de San Miguel, lo que más me impactó fue que estaba asentada sobre el cauce del río Olarán. El agua pasa bajo un gran arco. En el interior del templo destaca el sepulcro de Zuazola y los retablos de la Piedad y Mayor.
La fachada este de la iglesia de San Miguel está orientada a la plaza de los Fueros, considerada como el centro neurálgico de la villa.
De los edificios señoriales que rodean la porticada plaza, cabe destacar el Ayuntamiento de Oñate, finalizado en 1788 en estilo barroco rococó. Es el típico edificio que se integra en las plazas mayores de Guipúzcoa.
Oñate cuenta con abundantes casas-torre y palacios. Lindando con el Ayuntamiento nos llamó la atención la Casa Elorriaga, de fachada blanca, y la Casa-Torre de Lazarraga (siglo XVI), con garitones y fachada esgrafiada. Esta última tiene una puerta de defensa.
Uno de los edificios que brilla con luz propia en Oñate es el Palacio Antia. Declarado bien cultural de Guipúzcoa, fue construido en el siglo XVIII en estilo barroco.
Al este de Oñate, anexo al centro histórico, se halla el monasterio de Santa Clara de Bidaurreta, obra fundada en 1510 por Juan López de Lazarraga. El edificio presenta una mezcla de estilos gótico y renacentista.
Exteriormente, el monasterio destaca por el color de la piedra y en el interior se puede ver un hermoso claustro y una iglesia con un impresionante retablo, el primero en su estilo que se construyó en Guipúzcoa.
Concluimos nuestro paso por el centro histórico acercándonos a la iglesia de los Agustinos, construida en 1890 en estilo neoclásico, y que nos impresionó por la afilada y alta aguja que presenta el campanario.
Para llegar al Santuario de Aránzazu tuvimos que tomar una nueva carretera local, que en nueve kilómetros de continua y sinuosa subida nos dejó frente al estrambótico y descomunal templo.
Podríamos catalogar de chiflados a los que decidieron erigir el Santuario de Aránzazu en el entorno del Parque Natural Aizkorri-Aratz.
Un lugar tan bello, verde y agreste no encaja con un templo de corte moderno, transgresor y hasta futurista. No digamos el aparcamiento, demasiado voluminoso y recargado de cemento, que tampoco lidia con ese desbordante entorno natural. De Aránzazu me quedo con el paisaje. El templo se lo dejo a los devotos.