Un buen lugar para alojarse en Salamanca es el exclusivo hotel Eurostars Las Claras. La comodidad, la exquisita atención y su excelente ubicación, junto al convento de San Esteban y a pocos pasos de la Catedral, son sus puntos fuertes.
La ubicación de nuestro hotel determinó que comenzáramos la visita a la ciudad acercándonos al convento de San Esteban, del que sólo nos separaban unos pocos metros. El pórtico, construido entre 1590 y 1592, es un conjunto renacentista de inspiración toscana.
La fachada del convento de San Esteban es un verdadero tapiz renacentista-plateresco realizado en piedra y enmarcado bajo un gran arco triunfal, cuya bóveda de medio cañón lleva una decoración en artesonado, que destaca por su claustro y por el pórtico, salpicado de finos ornamentos de orfebrería.
En el interior de esta iglesia dominicana Cristóbal Colón buscó el apoyo de Domingo de Deza ante los Reyes Católicos y Bartolomé de las Casas defendió con todas sus fuerzas el reconocimiento de los indios como seres humanos.
Nuestro primer objetivo de esa tarde era alcanzar el Puente Romano, y el camino más corto nos obligó a pasar por la plaza de Anaya, una de las más importantes de Salamanca.
Son varios los edificios relevantes que rodean la plaza de Anaya: la Catedral, la Universidad, el Palacio de Anaya y la iglesia de Sebastián entre otros. Es aquí, rodeado de arte por los cuatro costados, cuando descubres la Salamanca del pensamiento, la de encuentros y saber, la auténtica y bella.
Al sur de la plaza de Anaya, de camino al Puente Romano, pasamos frente a la monumental fachada del museo dedicado al Aarchivo Histórico de la Guerra Civil Española. La entrada es gratuita.
Salimos del casco histórico por la calle Gibraltar, yendo a parar a la Ribera del Puente. Ante nosotros apareció la Cruz de los Ajusticiados, un monumento que recibe su nombre porque aquí colgaban las cabezas de los ajusticiados durante la Inquisición.
Frente a la Cruz, en la ribera del río Tormes, se encuentra la iglesia de Santiago del Arrabal, un templo católico construido en el siglo XII. Se trata de una de las iglesias más antiguas de Salamanca.
Por último, antes de acceder al Puente Romano, nos acercamos hasta el Monumento al Lazarillo de Tormes. Es un homenaje a una de las obras de la literatura más importantes de la historia de España.
El Puente Mayor del Tormes, conocido popularmente como Puente Romano de Salamanca, fue construido hacia el siglo I d.C., bajo mandato del emperador romano Trajano. La construcción original combinaba piedra y madera y su aspecto actual es fruto de múltiples remodelaciones.
El puente está en la vía romana que unía Mérida con Astorga (Vía de la Plata). Los quince arcos próximos al casco histórico pertenecen a la obra original romana.
Paseamos por el Puente Romano a última hora de la tarde. Asomados a la baranda, contemplamos las agitadas aguas del Tormes y, echando la vista atrás, disfrutamos de una privilegiada panorámica de Salamanca, con la Catedral en primer término.
En el cruce de la calle de San Pablo con el paseo del Rector Esperabé podemos contemplar uno de los escasos restos conservados de la antigua Muralla romana, construida en el último tercio del siglo IV a.C. Aunque lo que más os llamará la atención es la imagen de la Catedral.