62 kilómetros separan Béjar de Alba de Tormes, buena parte del trayecto se realiza por la Autovía A-66 o Vía de la Plata. Una vez lleguéis a Béjar, os aconsejo que estacionéis el vehículo en las inmediaciones del parque de la Corredera, el espacio verde más grande de la villa.
La calle Mayor de Béjar, que toma varios nombres en sus diferentes tramos, es la principal vía que vertebra Béjar. En la calle Mayor de Pardiñas se alza la Torre de San Gil, perteneciente a la desaparecida iglesia del mismo nombre.
Al final de la calle Mayor alcanzamos la encantadora plaza Mayor, un lugar ideal para disfrutar de la arquitectura local y tomar un café en una terraza. A mano izquierda, según entramos, pudimos contemplar el Ayuntamiento, un edificio de corte renacenstista del siglo XVI.
La plaza Mayor acoge tres grandes edificios: el Ayuntamiento, la iglesia de El Salvador y el Palacio Ducal. Además, también merecen su atención el Mesón del Peso, detrás de la iglesia, que ha perdurado casi hasta la actualidad desde sus orígenes en el siglo XVIII, y las Casas de su Excelencia o Casa del Duque, en el lado norte de la plaza.
Estas casas fueron construidas a propuesta de un consejero del Duque, Manuel Jovin, como vivienda para altos cargos de la Casa Ducal. Tras la desaparición de los privilegios del Duque, y a lo largo del siglo XIX, fueron utilizadas por funcionarios del Ayuntamiento y miembros de la burguesía industrial bejarana.
En un extremo de la plaza se localiza la iglesia de El Salvador, del siglo XIII, cuyos elementos de más valor se consumieron en el incendio de 1936.
En el otro extremo de la plaza Mayor destaca el Palacio de los Zúñiga, duques de Béjar. Construido sobre un antiguo castillo medieval, adquirió condición de palacio a partir del siglo XVI. Actualmente alberga el Museo Textil, representativo de toda la región.
Cerca del Palacio Ducal, en la calle Rodríguez Vidal, se alza la iglesia de Santa María, del siglo XIII. Se trata de una interesante muestra de fusión de varios estilos debido a las diversas reformas que ha tenido.
Si de algo presume Béjar, es de sus viejas iglesias. Habíamos visto las iglesias del Salvador y de Santa María, y nos sorprendió mucho la iglesia de Santiago, del siglo XIII, ubicada junto a la muralla medieval del siglo XII.
Rodeamos la muralla Medieval y de regreso a la plaza Mayor dimos con el Mirador del Buen Duque. Situado en la calle Padre Roca, esta atalaya nos brindó unas magníficas vistas de Candelario y de la sierra bejarana, dominada por los picos nevados de la estación de esquí de La Covatilla.
Béjar es una ciudad con una rica historia y un entorno natural impresionante. Está situada a los pies de la sierra de Gredos, y esta ubicación habría determinado el origen del topónimo.