La Plaza Mayor de Salamanca, del siglo XVIII, es una de las más bellas plazas monumentales urbanas de Europa. Comenzó a construirse en 1729 a instancias del corregidor Rodrigo Caballero Llanes. El proyecto fue finalizado por Andrés García de Quiñones en 1755.
Situada en el centro de la ciudad, la Plaza Mayor forma un cuadrilátero irregular soportalado, de tres pisos en cada fachada, presidido por el Ayuntamiento, una construcción perfectamente integrada en la plaza.
En el Pabellón Real destaca la efigie del rey Fernando III El Santo y los medallones de las enjutas de sus arcos representan a monarcas españoles. En el pabellón sur, o de San Martín en los medallones vemos a ilustres militares o conquistadores, mientras que en el pabellón de petrineros las figuras de los medallones son personajes de la cultura.
La plaza Mayor es el punto de encuentro, la que pone orden al caos de la ciudad. De ella salen las rutas que se pierden en el laberinto urbano. Una de estas calles nos trasladó hasta la plaza de los Bandos, de planta rectangular. Aquí veréis interesantes edificios: iglesia del Carmen, Palacio Alonso de Solís, Centro Documental de la Memoria Histórica...
El paseo vespertino por el centro histórico nos condujo hasta el comienzo de la calle Úrsulas. En este apacible rincón, frente a la estatua de Miguel de Unamuno, se encuentran relevantes edificios de la ciudad. Uno de ellos es el convento de la Anunciación o de las Úrsulas, fundado a mediados del siglo XV.
![]() Convento de las Úrsulas |
![]() Convento de las Úrsulas |
Frente al convento de las Úrsulas veréis la Casa de las Muertes, del siglo XVI y de estilo plateresco, caracterizada por las calaveras que aparecen en las pilastras superiores.
Enfrentado a la Casa de las Muertes se alza la iglesia ortodoxa de Santa María de los Caballeros, del siglo XII. Es una de las iglesias más antiguas de Salamanca, así lo evidencia su desgastada fachada.
Salamanca no dejaba de sorprendernos a cada paso que dábamos. Sus plazas y calles rebosan de arte y de edificios históricos. En la cercana plaza de las Agustinas vimos el Palacio de Monterrey, del siglo XVI, conocido por ser un majestuoso ejemplo de la arquitectura renacentista española.
Si algo abunda en Salamanca son sus iglesias y conventos. En la plaza de las Agustinas, además del Palacio de Monterrey y el Colegio de España, podréis ver la iglesia de la Purísima, construida en el siglo XVIII.
En la plaza de las Agustinas comienza la peatonal calle de la Compañía, jalonada por los altos muros del Colegio de España. Caminando por ella pusimos punto final a este recorrido espiritual, marcado por el singular estilo propio que desprende esta ciudad milenaria.