En época medieval, siglos XII y XIII, el muro de separación entre el Circo y el Foro fue utilizado como muralla (Mur Vell o Muro Viejo). Del siglo XIV es la Torre de les Monges. Este conjunto podréis admirarlo desde la plaza de la Unesco.
A raíz del peligro de conflagración bélica en tiempos de Pedro III "El Ceremoniós", el Circo quedó dentro de la ciudad gracias a la construcción de una segunda línea defensiva en la fachada sur, conocida como la Muralleta.
Accedimos al interior del Circo por la entrada de la Muralleta. Ante nosotros teníamos algunos fragmentos de los graderíos originales, que aún están en pie, mostrando dónde se sentaban los espectadores según su estatus social.
El Circo fue construido sobre potentes bóvedas de cemento que cumplieron una doble función: por un lado, eran la cimentación sobre la que se asentaban las gradas, las escaleras y la plataforma superior; por otro, éstas sirvieron de corredores internos por los que se movían los espectadores.
Aunque parte del circo está bajo edificios modernos, se conservan restos significativos de la pista donde se realizaban las carreras de cuadrigas (carros tirados por cuatro caballos). La arena original tenía unos 325 metros de largo y podía albergar a unos 30.000 espectadores.
El Circo cuenta con galerías subterráneas que permitían el acceso y la salida de los espectadores sin cruzarse con los competidores, y también se usaban para preparar los espectáculos.
![]() Galería subterránea |
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Estos pasajes están muy bien conservados y son uno de los elementos más impresionantes del Circo, ya que permiten experimentar el ambiente original de las entradas y salidas de los corredores.
En el extremo oriental del Circo se encuentran los restos de varias torres, entre ellas, la Torre del Pretorio, que fue una de las principales entradas al edificio.
La Torre del Pretorio, conocida también como Castillo del Rey, fue construida en torno al año 73 d.C. Conectaba la ciudad baja con el Foro Provincial y tenía una función decorativa y de control de las carreras de cuadrigas.
En la primera planta de la torre se pueden contemplar fragmentos de una columna de mármol correspondientes al templo de culto imperial del Foro Provincial, pero lo que más llama la atención es el Sarcófago de Hipólito, del
La Torre del Pretorio ofrece vistas panorámicas de la ciudad, del Anfiteatro romano y del recinto del Circo. Vale la pena auparse hasta su terraza para disfrutar de una buena perspectiva de Tarraco.
A partir de 1129 la torre fue adecuada como residencia y a partir de 1171, como Castillo del Rey. A partir del siglo XV, el edificio dejó de ser residencia real para adquirir una función militar. Años más tarde se convirtió en cárcel y en 1971 se adecuó como espacio museístico.
Desde la terraza de la torre podremos ver perfectamente la bóveda sobre la que se asentaban las gradas, las escaleras y la plataforma superior del Circo.
Una buena forma de llegar a Tarragona desde Barcelona, al margen del coche, es el tren. Un Regional Exprés nos trasladó desde Sants hasta la vieja estación ferroviaria de Tarragona.
Situada junto al puerto de Tarragona, la estación resultó ideal para acometer las excuriones que llevamos a cabo ese día. Lo que invertimos en el tren nos lo ahorramos en caros aparcamientos de pago.