Plaza Galcerán el Pinós |
Si entráis en Bagà por la carretera de Guardiola de Berguedà, os aconsejo que os detengáis en la calle del Raval. Al inicio de la misma podréis ver una vieja locomotora, con su vagoneta, utilizada en algunas de las muchas minas que abundaban por la zona hace años.
Podríamos haber almorzado en alguno de los merenderos que abundaban por el valle de Bastareny, pero no lo tuvimos en cuenta antes de iniciar la excursión. Bagà, situada en una confluencia de numerosos valles que se descuelgan de la sierra del Cadí, fue el lugar idóneo para almorzar. Y el restaurante elegido fue La Flor de Lis, en la plaza del Raval, cuya especialidad eran los platos de "pa de vidre".
Bagà preserva en buen estado la estructura urbana medieval tal como fue diseñada por el barón Galcerán el Pinós. Esta riqueza arquitectónica se palpa en muchos rincones del centro histórico, como en la plaza de Cataluña.
Fuente de la plaza Cataluña |
Fuente de la plaza Cataluña |
El núcleo histórico de Bagà se recorre en poco tiempo. De la céntrica plaza de Cataluña parten las principales calles peatonales, la mayoría de ellas muy estrechas.
Una calle del centro |
Otra calle con escaleras |
Este entramado de calles nos condujo a la porticada plaza de Galcerán el Pinós, construida en el siglo XIII. Durante la época medieval, Bagà estuvo bajo los dominios de los barones de Pinós, y en esta plaza veremos el palacio de los Pinós.
Junto a la plaza Galcerán se alza la torre de la Portella, la única torre que queda en pie de la antigua muralla. Antiguamente fue conocida como Torre de Saldes. De las otras torres sólo quedan los cimientos.
Torre de la Portella |
Torre de la Portella |
Desde la torre de la Portella podemos asomarnos al río Bastareny, y unos metros aguas abajo veremos la iglesia de Sant Esteve, de los siglos XIV y XV, que destaca por ser un ejemplo de arte gótico en la comarca del Berguedà.
Concluimos la visita a Bagà cruzando a la otra orilla del río Bastareny. Allí se encuentra el parc de la Vila, un pulmón verde equipado con una zona de juegos para los más pequeños, y que constituye la mejor atalaya desde la que contemplar el pueblo y la sierra del Cadí.
Para llegar al parque os aconsejo que crucéis el río Bastareny por el puente de la Vila, de origen medieval. El puente está compuesto por dos arcadas desiguales y sobre el pilar que une estos arcos veréis una singular capilla.