Pasado Carpentras, la ruta nos lleva hacia el sur de la comarca, vía Vénasque, por un territorio moteado de suaves colinas boscosas. Nos encontramos a las puertas del Parque Natural del Luberón.
En el fondo de un pequeño valle, rodeado de campos de lavanda, surgió ante nosotros la abadía de Notre Dame de Senanque, un bello monasterio cisterciense románico que nos obligó a hacer un alto en el camino.
La abadía se encuentra en el término municipal de Gordes, a unos 5 km de este pintoresco pueblo. Es famosa por sus campos de lavanda y su arquitectura cisterciense. Fundada en 1148, aún está habitada por monjes que llevan una vida de oración y trabajo, cultivando lavanda y produciendo miel.
La iglesia de la abadía es un ejemplo puro de la arquitectura cisterciense, con líneas simples y austeras. Su iluminación tenue crea una atmósfera de recogimiento y paz.
En la iglesia destacan el claustro, un espacio de calma con arcos románicos, donde los monjes meditan y pasean; la Sala Capitular, donde los monjes se reúnen para la lectura de reglas y decisiones comunitarias, y el Dormitorio Monacal, un gran espacio de piedra donde duermen los monjes en comunidad.
Entre junio y julio, la abadía y los alrededores de Apt y Sault son ideales para ver los campos de lavanda en flor. No fue el caso esa jornada otoñal. En julio, además, se celebran festivales dedicados a esta planta aromática.
Tras recorrer unos 5 kilómetros por la revirada carretera D177, alcanzamos Gordes. Antes de entrar en la villa, circulando por la carretera D15, nos detuvimos en el Mirador de Gordes, un privilegiado enclave que brinda una de las mejores vistas panorámicas de esta pequeña joya medieval.
Colgado literalmente de la montaña, Gordes es uno de los pueblos más bonitos de Francia. El centro de la villa está dominado por un robusto Castillo medieval.
La fortaleza de Gordes es del siglo XI con añadidos renacentistas. Su interior alberga el Museo Pol Mara, dedicado a este pintor flamenco. Desde su explanada, se tienen vistas panorámicas del valle del Luberón.
![]() Castillo medieval |
![]() Castillo medieval |
Lo primero que uno ve cuando llega a Gordes es el Castillo medieval. Pero en la plaza que lo acoge también se alza la pequeña capilla de los Penitentes Blancos, mencionada por primera vez en 1667.
Alrededor de la plaza del Castillo se apiñan estrechas calles medievales con soportales. Vale la pena perderse por algunas de ellas en busca de la iglesia de San Fermín, del siglo XVII.
![]() Calles de Gordes |
![]() Iglesia de San Fermín |
La calle que baja desde la iglesia os conducirá a un mirador natural con vistas espectaculares al valle del Luberón. Gordes es una caja de sorpresas.
De camino a Roussillón, mientras bajábamos al encuentro de la carretera D2, contemplamos nuevas vistas panorámicas de Gordes, con sus casas de piedra encaramadas en una colina dominada por el Castillo medieval.
La ruta al Luberón comienza en Orange. Tras recorrer unos 25 km por la carretera D-950 alcanzamos Carpentras, ciudad provenzana que cuenta con un rico patrimonio histórico (nos faltó tiempo para verlo al completo).
Carpentras es famosa por su mercado tradicional, su legado judío y su arquitectura con influencias romanas y medievales. Una de sus joyas medievales es la Puerta de Orange, del año 1392.
El Parque Natural Regional del luberón es una enorme cordillera caliza que se extiende al sur de Vaucluse. Con sus 1.125 metros de altitud, combina espacios naturales con pueblos pintorescos. Se trata de una de las zonas más atractivas de la Provenza.