Gordes |
Orange se encuentra a unos 30 kilómetros al norte de Aviñón. Llegamos hasta ella remontando el río Ródano por una carretera comarcal. Empleamos veinte minutos en situarnos en el centro histórico.
El centro histórico de Orange se levanta en torno al Teatro romano. Caminando por una zona peatonal dimos con la catedral de Nazaret y el Ayuntamiento. En una boulangerie de la plaza Consistorial tomamos el desayuno, cafés con leche y cruasanes recién hechos; quizá los mejores que habíamos probado en nuestras vidas. Qué cosas más ricas.
Centro de Orange |
Ayuntamiento de Orange |
Orange cuenta con un Teatro romano espléndidamente conservado, único en su especie por el notable muro de 103 metros de largo que se conserva en la parte posterior. Caminar por el graderío, observando esta colosal obra, fue un regalo para la vista.
Aparte del teatro, Orange también destaca por el Arco de Triunfo, grandioso monumento de tres arcos erigido en el siglo I a.C. para celebrar la victoria romana sobre las tribus locales.
Arco de Orange |
Arco de Orange |
Camino del Luberón realizamos una pequeña parada en Carpentras, ciudad milenaria que conserva un espectacular baluarte: la Puerta de Orange.
Puerta de Orange. Carpentras |
Puerta de Orange. Carpentras |
Pasado Carpentras, la ruta prosigue hacia el sur de la comarca, vía Vénasque, por un territorio moteado de suaves colinas boscosas. Nos encontramos a las puertas del Parque Natural del Luberón.
En el fondo de un pequeño valle, rodeado de campos de lavanda, surgió ante nosotros la abadía de Senanque, un bello monasterio cisterciense románico que nos obligó a hacer un alto en el camino.
Abadía de Senanque |
Abadía de Senanque |
Al sur de Senanque penetramos en la comarca del Luberón, y el primer pueblo en aparecer en escena fue Gordes. Colgado literalmente de la montaña, Gordes está dominado por un castillo del siglo XVI y posee bonitas calles medievales con soportales, algunas de las cuales conducen a espléndidos miradores de la Provenza.
A doce kilómetros al este de Gordes, tras zigzaguear por una carretera local, alcanzamos Roussillon, otro pueblo provenzal de origen medieval que cuenta con elegantes edificios de color ocre, característico de esta parte del Luberón.
El pueblo destaca por sus estrechas callejuelas, por la torre del campanario de la iglesia (la calle la atraviesa por su base) y por las vistas que se obtienen desde el mirador ubicado en lo más alto de la villa.
Después de un almuerzo tardío en Roussillon, nos desplazamos hacia el sur del Luberón para visitar algunos pueblos con las últimas luces del día. Camino de Bonnieux hicimos un alto para contemplar de cerca el puente romano de Julien, que salva el cauce del río Calavon.
Cruzado el puente, avanzamos hacia el sur y tras recorrer unos pocos kilómetros nos detuvimos en Bonnieux, pueblo de origen medieval que destaca por su iglesia del siglo XII y por sus robustas murallas, del siglo XIII.
Llegamos a Bonnieux |
Muralla de Bonnieux |
Como ya hiciéramos en los anteriores pueblos, en Bonnieux también nos aupamos hasta lo más alto de la villa, para disfrutar con las vistas del Luberón. Aunque esta vez, con el sol bajo, no fue lo mismo.
Por último, siendo noche cerrada, visitamos Menerbes, pueblo medieval que puso la guinda a una agotadora jornada. Como de costumbre, logramos encaramarnos a la parte superior de la villa, presidida por la iglesia de Saint Luc y el Ayuntamiento o mairie, sito en la plaza del Reloj.
Ayuntamiento de Menerbes |
Iglesia St. Luc (Menerbes) |