Valle de Estós |
La entrada al valle de Estós se localiza a pocos metros del puente de San Chaime/Jaime, a 1.254 metros de altitud. El coche lo estacionaremos un poco más arriba, en un lugar conocido como los Barracones de Estós (1.281 m).
A partir de aquí seguiremos a pie por la amplia pista forestal que lleva hasta los llanos del Tormo, que coincide con las señales blanquirrojas del GR-11.
Al poco de iniciar la ruta pasaremos junto al embalse de Estós, el único que retiene las aguas de este bravo río antes de unirse a las del Ésera.
Este tramo del GR-11 está cementado, y es apto para vehículos todoterreno. Los ganaderos de Benasque lo utilizan para llegar a las praderas de Estós, donde descansa el ganado. Cabe mencionar que los senderistas no podemos entrar con nuestros coches.
Unos metros más arriba llegaremos al puente o palanca de Aiguacari, que deberemos cruzar para continuar por la margen derecha del río Estós.
A partir del puente de Aiguacari el valle se abre y constituye un precioso museo al aire libre, donde se puede observar los distintos pisos de vegetación de la montaña: bosques mixtos caducifolios, abetales, hayedos, bosque de pino negro y la tasca alpina.
Conforme avancemos, pasaremos sucesivamente por el torrente de la Aigüeta de Batisielles, por el barranco del Perdiguero y por el barranco de Montidiego, que cruzaremos por un puente, o palanca, de madera.
Unos metros más arriba, abandonamos brevemente el GR-11 para adentrarnos en las Gorges Galantes, un remanso profundo en el río originado por la fuerte erosión del agua sobre la roca, o lo que es lo mismo, el agua se arremolina excavando una olla grande y profunda en el lecho del río.
En las Gorges Galantes veréis un par de cascadas. La última de ellas, la superior, aparecerá una vez os incorporéis a la senda GR-11.
La pista forestal sólo es apta para vehículos autorizados, llámese ganaderos de Benasque, y finaliza en los llanos del Tormo, una pradera que acoge un refugio forestal.
A la subida, las vacas estaban dispersas por la pradera, con la puerta de la verja abierta. Pero a la bajada los ganaderos las estaban encerrando justo por donde pasaba la senda. Los rumiantes, además de entorpecer nuestro paso, habían sembrado de "minas" todo el recinto.
Superado el obstáculo vacuno, proseguimos con el ascenso por la senda GR-11, por tramos más angostos y empinados. Y a la altura del barranco de Molseret cruzamos a la margen izquierda del río Estós por un nuevo puente de madera.
Barranco de Molseret |
Barranco de Molseret |
El barranco de Molseret se descuelga de los ibones de Gias, a los pies del pico Gourgs Blancs (3.131 metros), fronterizo con Francia.
A lo lejos, erigido sobre un altozano en un claro del bosque, envuelto en una tenue neblina, avistamos el refugio de Estós, el objetivo final de esta interesante ruta pirenaica.
Nos movemos hacia el refugio por el fondo del valle, atravesando verdes praderas. Es un lugar maravilloso, dominado por bosques de pinos y abetos, y por esporádicas cascadas, como la que aparece al otro lado del río Estós, procedente del macizo del Posets.
Ubicado a 1.835 metros de altitud, el refugio de Estós dispensa un buen lecho a aquellos montañeros que quieren hacer noche en él, y también ofrece viandas y bebida para reponer fuerzas a los que sólo quieren realizar un descanso en el camino.
Empleamos dos horas y media en alcanzar el refugio. Almorzamos unos bocatas en el interior y tras tomar unos revitalizantes cafés, iniciamos el camino de vuelta al puente de San Jaime, que nos llevó unas dos horas.