La Besurta |
Esta ruta circular comienza en el aparcamiento del Hospital de Benasque, distinguido hotel situado en el centro de los Llanos del Hospital, a 1.750 metros de altitud.
Cuando la nieve lo cubre todo, los Llanos del Hospital se convierten en una magnífica estación de esquí de fondo. Grandes y pequeños se calzan los esquís y se deslizan por esta alfombra blanca, en un paraje de infarto, entre las montañas más altas del Pirineo.
A partir del Hospital de Benasque avanzaremos por el carril que conduce a La Besurta, apto para vehículos en determinadas épocas del año, y que discurre por el valle del Ésera.
En época de nieve, la pista está adecuada para la práctica del esquí de fondo. Se recomienda tener precaución al caminar, haciéndolo en fila india y por la orilla, al margen del carrilito trazado por los esquiadores. Así evitaréis encontronazos y broncas.
En la ruta, aparte de contemplar huellas de animales y abetos y pinos cubiertos de nieve, podréis ser testigos de cómo las aguas del río Ésera aparecen en forma de surgencia por la roca, formando pequeños ibones. El Ésera, en sus comienzos, es un río de curso desdibujado y debido a la naturaleza de los terrenos por los que discurre, desaparece en algunos lugares, volviendo a surgir nuevamente.
Cuando la estación de esquí está operativa, el carril de la Besurta resulta ideal para caminar sin necesidad de calzarse las raquetas de nieve. Y esto se debe a que de buena mañana, una máquina ha allanado la pista, compactando así la nieve.
Fue un auténtico placer caminar por el Plan de Estañ, uno de los llanos más bonitos del Parque Natural. Desde el carril pudimos contemplarlo de punta a punta, y dimos fe de que estaba surcado por muchas pistas acondicionadas para los esquiadores.
El Plan d'Estañ es un ibón de origen glaciar que no mantiene las aguas porque se filtran al sistema de galerías subterráneo por pequeñas torcas, pero que en periodos muy lluviosos se llena alcanzando el nivel de la actual pista.
Superado el Plan de Estañ, continuamos el ascenso por el carril de La Besurta, que estaba acondicionado para los esquiadores más avezados.
A mano derecha, a la altura del primer desvío al refugio de La Renclusa, veremos la diminuta cabaña-refugio del Plan de Estañ, con su tejado abovedado.
Y a partir de aquí la pista traza una curva de herradura, pegándose a la roca y ganando altura en pocos metros. Atravesamos el tramo más escarpado de esta interesante ruta. En la pared pudimos ver algunas cascadas congeladas.
Desde el carril, alzando la vista y si las nubes os lo permiten, avistaréis el glaciar de la Maladeta, uno de los pocos heleros que aún se resisten a desaparecer en el Pirineo. También podréis disfrutar de unas fabulosas vistas aéreas del Plan de Estañ, encerrado en un marco de altas montañas.
Superado el fuerte desnivel alcanzaremos La Besurta (1.920 metros de altitud), un lugar acondicionado para el descanso del montañero, pues cuenta con mesas de pícnic cubiertas con un tejado de madera a dos aguas.
En la Besurta confluyen el río Ésera, el río Billamorta (procedente de los ibones homónimos) y el río de La Renclusa, procedente del refugio. Un pequeño puente que salva las aguas del Billamorta os permitirá avanzar por le senda y alcanzar el Forau de Aiguallut, en la parte alta del valle, una excursión que no pudimos realizar por no llevar raquetas de nieve.
El regreso al Hospital de Benasque lo realizamos por la senda de Los Aranesos, que une el Plan de Estañ con los Llanos del Hospital. Y la pudimos hacer porque el camino estaba compactado gracias a los montañeros que lo habían recorrido previamente.
La senda de Los Aranesos rodea el Plan de Estañ por el norte, y os brindará una nueva y maravillosa estampa de este lago cubierto de nieve.
Cuando perdáis de vista el Plan de Estañ avanzaréis de forma más relajada por la senda, sin la presencia de esquiadores. Pasaréis por la Colladeta de los Aranesos, otro llano que en época de lluvias puede acoger pequeñas lagunas.
Y unos metros más adelante penetraréis en un frondoso bosque de altos pinos y abetos. En algunos tramos veréis el río Ésera, con sus cascadas y remansos acompañándoos durante un buen trecho.
El tramo final de la senda desciende de forma abrupta por la ladera sur del barranco de Peña Blanca, por el que desciende el río homónimo procedente del pico Salvaguardia (2.738 metros).
Cruzaremos el río Peña Blanca por un puentecito de madera, accediendo así a los Llanos del Hospital, punto final de esta interesante excursión.
Y el premio al esfuerzo realizado llegó minutos después, en forma de suculento almuerzo en el restaurante La Fuenroya del Hospital de Benasque. Los exquisitos platos a la carta no os dejarán indiferente.