Monumento al Sarrio |
Benasque tuvo antiguamente un castillo, pero se demolió en 1858. Se alzaba sobre un roquedo situado al final de la actual avenida de Francia. Esta vía, una de las más amplias de la villa, acoge apartamentos, zona de servicios y el monumento al Sarrio, uno de sus símbolos.
En otoño, antes de que los altos prados del valle de Benasque se cubran de nieve, los ganaderos conducen a las vacas a cotas inferiores, donde no falten los pastos. Y la avenida de Francia se convierte en una autopista vacuna. En lugar del claxon de los coches se escuchan cencerros.
Santa María la Mayor es la principal iglesia de Benasque. Ya estaba documentada en el siglo XI, y es por tanto de estilo románico. De aquella época conserva la nave, cerrada con bóveda de cañón apuntada y sostenida por arcos.
En los siglos XII y XIII se reformó añadiendo elementos góticos primitivos y posteriormente, en los siglos XVI y XVII experimentó nuevas reformas que le dieron su aspecto actual.
En un lateral de la plaza del Ayuntamiento, como no podía ser de otra forma, veréis el Ayuntamiento de Benasque, con su recia fachada de piedra y su pancarta reivindicativa: "Túnel Benasque - Luchón", una obra que lleva paralizada desde hace muchos años y que ningún gobierno se atreve a materializar.
Cerca del Ayuntamiento se encuentra la Casa Faure, cuya construcción es anterior al siglo XVIII aunque, como muestra su portada, en 1723 experimentó una importante reforma. Su elemento más singular es la torre de planta cuadrada situada en la esquina, con su curioso tejado a cuatro aguas y vertiente de doble inclinación.
La Casa Juste, construida en 1567, responde al modelo de casa torreada propio del siglo XVI en el Pirineo aragonés, siendo posiblemente su ejemplo más notable.
Además de su torre y su portada, ambas de gran belleza, resulta muy original su combinación de elementos ornamentales y defensivos. Prestad atención al contraste de color en sus muros.
Frente a la torre de la Casa Juste podréis ver la Casa Antoncornell, caracterizada por el escudo de su puerta y por los motivos decorativos solares en una de sus ventanas.
La calle Mayor está trazada en paralelo al río Ésera, aunque en ningún momento se asoma a su cauce. Acoge viejas casonas y palacetes, adornados con escudos heráldicos y arcadas góticas; son los restos renacentistas de Benasque. Y la mejor forma de descubrir este rico legado es callejeando sin rumbo fijo, dejándose llevar.
En la calle Mayor se encuentra la Casa Regatillo (Palacio de los Condes de Ribagorza). Erigida en 1560, constituye un verdadero palacio con fachada decorada al estilo renacentista de origen italiano. Actualmente acoge un centro cultural. En su fachada podréis ver tres escudos con león rampante.
En el palacio destacan los elegantes ventanales con finas molduras, los bustos de los condes, las bases acanaladas de las garitas y la portada con arco de medio punto con pilastras sobre pedestales.
Palacio Condes de Ribagorza |
Palacio Condes de Ribagorza |
En la calle Horno, frente a la oficina de información de Benasque (situada en el palacio de los Condes de Ribagorza) veréis la Casa Borda, con su característica fachada de piedra y su portada con forma de arco de medio punto.
Al final de la calle Mayor tenemos otro ejemplo de edificación de gran valor arquitectónico; se trata de la Casa Berot, caracterizada por la sencillez y belleza de sus inscripciones.
Al inicio de la calle Mayor se encuentra la plaza Mayor, espacio reservado al mercadillo semanal y lugar de encuentro de los lugareños, pues a su alrededor se concentran varios bares con terraza.
Desde el parque de la avenida de los Tilos os podréis asomar al río Ésera y a su puente Medieval, de un arco, reconstruido en 2005 tras ser parcialmente derribado por una devastadora riada en 1925. Sí, ya sé: tardaron una eternidad en reconstruirlo.
El puente Medieval de Benasque es de origen románico y está datado en el siglo XI. Arquitectónicamente ha sufrido distintas transformaciones debidas a las sucesivas riadas. Fue reformado en el siglo XIV en estilo gótico y, de nuevo reconstruido en el siglo XVIII como consecuencia de una fuerte avenida.
Desde el vano del puente Medieval, con el río Ésera fluyendo a vuestros pies, tendréis una buena perspectiva de Benasque y de las altas montañas que rodean al municipio, muchas de ellas con sus cimas cubiertas de nieve.
Al otro lado del puente Medieval, en las calles donde se lleva a cabo la "eternizada" ampliación de Benasque, tendréis buenas vistas panorámicas de la villa, sobre todo al ocaso del día.