La ventaja de tomar el taxi hasta el Planell de Aigüestortes esa mañana se tradujo en que, a excepción del lago Llong, el resto de la travesías las realizamos en llano o en descenso.
Ya habíamos cubierto a pie la primera parte de la "Ruta de la Llúdriga", entre el Planell de Aigüestortes y el lago de Llebreta, y ahora tocaba acometer la segunda parte, entre Llebreta y la Palanca de la Molina, de más longitud, con 4,1 km.
La parte inicial del descenso a la Palanca de la Molina se puede realizar por ambas orillas del río Sant Nicolau. Un puente de madera sobre el río marca la ruta a seguir.
Por la orilla izquierda tenéis la senda GR-11 y por la derecha el carril asfaltado, opción que elegimos nosotros durante algunos metros del descenso.
La ventaja de descender por el carril es que disfrutaréis de espacios abiertos, podréis ver las laderas del monte sin obstáculos en forma de árbol, y caminaréis más deprisa. Eso sí, debéis tener cuidado con los taxis.
Unos metros más abajo dejamos atrás la barrera que da acceso al Parque Nacional y penetramos en la zona períférica de Aigüestortes.
A continuación avanzamos por un tramo abierto que nos brindó una buena panorámica del valle de Sant Nicolau, con el bosque adquiriendo los colores propios del otoño.
Durante el descenso nos cruzamos con la senda proveniente de la ermita de Sant Nicolau. Y a partir de aquí dejamos el carril y nos aventuramos por el sendero.
El siguiente tramo lo realizamos por la senda, con el río Sant Nicolau a nuestra izquierda. El rumor del agua y la sombra que proporcionaban los árboles amenizó nuestro paso.
El río Sant Nicolau saca músculo en la parte final de su recorrido. En sus aguas bravas, aparte de las nutrias, se pueden ver culebras de agua. Conviene extremar las precauciones si os acercáis al cauce para evitar así la mordedura venenosa de este esquivo reptil.
Pero la protagonista de esta historia es la nutria, una especie que casi ha desaparecido de Cataluña, a excepción de las zonas más vírgenes del alto Pirineo, como es el caso del Parque Nacional de Aigüestortes.
La senda pasa por la bordas de Gaspar y Casós, hasta alcanzar el bonito paraje de la Palanca del Rei. En este punto se cruza el puente colgante para continuar la ruta por la zona umbría del valle de Sant Nicolau.
Ahora realizaremos el descenso por la margen izquierda del río, a través de un camino bien señalado que serpentea entre vigorosos árboles, el GR-11, con la presencia de múltiples afloramientos de agua.
En este largo sendero también tendréis la oportunidad de acercaros al río Sant Nicolau. Veréis pozas y pequeños saltos de agua. El característico rumor de las agitadas aguas os acompañará hasta el final de la ruta.
El último tramo por la umbría fue un largo descenso que acabó extenuándonos. Tras una pronunciada bajada dimos con el aparacamiento de la Palanca de la Molina, el punto final de una larga caminata por el valle de Sant Nicolau que nos llevó a cubrir unos 20 km entre la pradera de Aigüestortes, el llago Llong, el lago Llebreta y la citada Palanca de la Molina.
La Palanca de la Molina es la puerta de entrada al valle de Sant Nicolau. Aquí se encuentra el aparcamiento de coches, la caseta de información y la parada intermedia de los taxis que unen Boí con la pradera de Aigüestortes.