Lago de San Mauricio |
Los taxis nos dejaron cerca de la caseta de información de Sant Maurici. Desde aquí, bajo una tenue nevada, ya podimos ver la presa más grande que retiene las aguas de este enorme lago artificial, el más grande del Parque Nacional de Aigüestortes.
Desde la orilla del lago resulta complicado no levantar la cabeza para contemplar Els Encantats, la montaña más emblemática del Parque Nacional, con sus dos picos gemelos cubiertos de nieve, elevándose orgullosos entre la bruma a 2.747 metros de altitud.
TOPÓNIMO DE ENCANTATSTomamos la senda del lago, en dirección a la cascada de Ratera. Ganábamos altura poco a poco, y cuando nos dimos cuenta, penetramos en un tupido bosque. Los árboles no nos dejaban ver el lago, ni siquiera se intuía su silueta.
Tras quince minutos de caminata alcanzamos el mirador de la cascada de Ratera, un maravilloso y privilegiado enclave desde el que poder contemplar, unos metros más arriba, este majestuoso salto de agua, que a finales de mayo, con el deshielo, nos mostraba su mejor cara.
Cascada de Ratera |
Cascada de Ratera |
El tramo más complicado y empinado vino a continuación: media hora de ascenso en paralelo a la cascada de Ratera, con la soberbia silueta de Els Encantats a nuestras espaldas.
La senda de Ratera concluye en el carril GR-11, compartido por senderistas y taxis todoterreno (aunque los vehículos sólo circulan en determinadas fechas del año). Fuimos a parar al puente sobre el río Ratera.
Tras cruzar el puente sobre el río Ratera avistamos el lago de Ratera, uno de los estanys más característicos de este sector, donde los patos nadan a su antojo y las truchas saltan sin temor a los pescadores.
Dejamos atrás el gran lago de Ratera y continuamos por la pista de la izquierda hacia el Portarró de Espot (el carril de la derecha conduce a los lagos de Amitges). Poco después alcanzamos el estanyol de Ratera, de dimensiones más reducidas que su vecino, el lago de Ratera.
Continuamos ascendiendo por el carril del Portarró de Espot y, tras tomar una bifurcación a la izquierda, avanzamos por una estrecha senda que nos condujo, en breves minutos, hasta el Mirador del Lago de San Mauricio.
Estábamos a 2.152 metros de altitud, en uno de los enclaves más alucinantes del Parque Nacional. A nuestros pies teníamos el maravilloso lago de San Mauricio y a su derecha, guardándole las espaldas, Els Encantats, uno de los símbolos de Aigüestortes. Un cuadro de orientación nos ayudó a identificar los principales accidentes topográficos de la zona.
Existe una ruta circular que rodea el lago de Sant Maurici a partir del Mirador. No es complicada, pero nosotros, que íbamos con un niño pequeño, decidimos descender por el carril GR-11, desandando el camino hasta el lago de Ratera.
Y la ruta no defraudó ni un ápice. Caminamos a buen paso, con la mirada perdida en las dos cumbres de Els Encantats, contemplando algún que otro sarrio por el bosque.