La primera jornada tanscurrió en la apacible Lúxor, a orillas del Nilo. En la parte oriental la villa aloja los templos de la antigua Tebas (Lúxor y Karnak) y en la occidental, en pleno desierto egipcio, visitamos el valle de las Reinas, el valle de los Reyes y los colosos de Memnón.
![]() |
![]() Templo de Lúxor |
Y en cuanto a esta etapa:
Aterrizamos en el aeropuerto de Lúxor por la tarde. Un autobús nos condujo hasta la orilla oriental del Nilo, en Lúxor. Allí nos aguardaba el Silver Moon, el barco-hotel que durante cuatro días se convertiría en nuestra morada y fonda.
El siguiente día, tras un madrugón de órdago (cinco de la mañana), emprendimos las visitas a la antigua Tebas junto al guía Kilani.
Un minibús nos trasladó a la orilla occidental y de inmediato iniciamos la visita al Valle de la Reinas. Entramos en las tumbas de la reina Chiti y de la reina Amón-Her-Jepesef.
La segunda parada en la ruta por el desierto egipcio fue en el templo de Hatshepsut, el primer edificio de la humanidad levantado en plantas. En la segunda planta contemplamos los mejores grabados en piedra.
No muy lejos, el minibús nos dejó en el Valle de los Reyes, la gran necrópolis de Tebas. El guía nos explicó que las tumbas del valle se abrían y cerraban por temporadas para preservarlas de la humedad que se origina en el interior. Ese día estaban abiertas cuatro tumbas: Ramsés III, Ramsés VI, Ramsés IX y la de Tutankamon; las tres primeras de acceso gratuito.
Por último, en la fértil vega del Nilo, nos detuvimos en la explanada donde se levantan los dos colosos de Memnón. Estas enormes estatuas de piedra, de veinte metros de altura cada una, es lo único que queda en pie del templo funerario del faraón Amenhotep III, que se encuentra muy cerca del templo de Medinet Abu.
El minibús se detuvo en un pequeño embarcadero del Nilo. Allí nos aguardaba una barcaza a motor que nos conduciría a la orilla oriental. Era la primera vez que navegábamos por el gran río africano, y la sensación fue maravillosa.
![]() Regreso a Lúxor en barca |
![]() Templo de Lúxor desde la barca |
Alcanzamos el embarcadero de Lúxor tras diez minutos de navegación por el Nilo. Y moviéndonos a pie, penetramos en el templo de Lúxor, emplazado cerca de la orilla, que estaba presidido por el colosal obelisco de Ramsés II.
El guía nos explicó que Tebas (actual Lúxor) se construyó junto a un meandro del río y que fue refugio de los primeros cristianos coptos huidos de los romanos, de hecho el templo les sirvió de capilla. Pudimos ver algunos grabados de santos en las paredes. También vimos un dibujo que representaba a Alejandro Magno. El templo destacaba por la gran columnata y por los patios de Amenofis III y Ramsés II. En este último había unas estatuas que representaban al faraón caminando.
Antiguamente, los templos de Lúxor y Karnak estaban unidos por el Dromos, una vía de cinco kilómetros de longitud que estaba adornada con cientos de esfinges con cuerpo de león o carnero y cabeza humana. Junto al pilón del templo de Lúxor pudimos ver algunas de ellas.
El autobús nos trasladó cómodamente hasta el templo de Karnak, que como nos dijo Kilani, es un templo de templos, ya que fueron varios los faraones que dejaron su huella arquitectónica en él. El dromos, jalonado con esfinges de carnero, precedía la entrada al templo.
Todo en Karnak era descomunal, desde los obeliscos de Tutmosis I y de su madre, la reina Hatshepsut, hasta la sala hipóstila, pasando por el gran escarabajo de la suerte, la estatua Pianky o la columna de Taharqa.
A las 16'45, formando parte de una larga comitiva de autobuses, partimos de Lúxor por la carretera de Asuán. Fuimos en paralelo al río Nilo, remontándolo hasta Esna. Allí nos esperaban todos los barcos, dispuestos a sortear los siete metros de desnivel de la esclusa de Esna.
![]() Esclusa de Esna |
![]() Esclusa de Esna |