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![]() Pirámide de Yóser. Sakkara |
Y en cuanto a esta etapa:
El último día, gracias a los servicios de Abdul (20 libras por persona), un sexagenario taxista, conseguimos hacer realidad algunos objetivos que nos habíamos marcado, especialmente los ubicados al sur de El Cairo.
El primer objetivo fue el conjunto funerario de Sakkara (20 libras), de la III Dinastía (2650 a.C.), compuesto por templos funerarios, mastabas y pirámides. En esa época, la entrada daba derecho a entar en la pirámide de Yóser, en la mastaba de Mereruka y en la pirámide de Teti.
El plato fuerte del recinto era, sin lugar a dudas, la escalonada pirámide de Yóser, de seis mastabas superpuestas, que fue mandada construir por Imhotep, arquitecto que sin saberlo, se convirtió en el creador de uno de los primeros edificios de la humanidad. Rodeamos el templo funerario sin turistas de por medio, sin vigilantes ni cámaras que velaran por esta joya de la humanidad.
Tenía la sensación de que el gobierno egipcio descuicadaba su rico patrimonio arqueológico. No había vallas, ni protecciones; podías tocar las inestables piedras de la pirámide, arriesgándote a que te cayera encima un cascote. El edificio mostraba un gran deterioro.
Más al sur, a varios kilómetros de Sakkara, avistamos la pirámide romboidal o acodada, que junto a otras pirámides, forma parte del mausoleo de Dahshur, construido por orden del faraón Senefru allá por el año 2550 a.C.
Al norte de la pirámide de Yóser, a unos pocos minutos en coche, Abdul nos acercó a tres complejos funerarios: la mastaba de Mereruka (visir del faraón Teti), la pirámide de Teti (2300 a.C.) y la mastaba de Meren Ptah, hijo de Ramsés II, que vivió hacia el 1200 a.C. En este caso, con nuestra entrada accedimos a los dos primeros templos.
![]() Mastaba de Mereruka |
![]() Pirámide de Teti |
A continuación partimos hacia la vega del Nilo, en busca del museo Mit-Rahina, que contiene magníficas piezas recuperadas de Menfis, la antigua capital egipcia.
![]() Estatua de alabastro. Menfis |
![]() Sarcófago. Menfis |
El recinto destacaba por un enorme busto del faraón Ramsés II (en posición horizontal), además de otras estatuas de Ramsés II, sarcófagos, esfinges, etc...
![]() Estatua de Ramsés II. Menfis |
![]() Ramsés II. Menfis |
Tras la visita a los recintos arqueológicos, montamos en el taxi y partimos hacia El Cairo, la capital más caótica de toda África. A través de amplias avenidas fuimos a parar a la Ciudadela, presidida por la imponente mezquita de Mohamed Alí. La Ciudadela se levantó en época de Saladino, en el siglo XII, y su interior acoge monumentos, mezquitas y varios museos, como el Militar o el de los Carruajes. Se trata de un impresionante mirador, con El Cairo a los pies y la mezquita Azul en primer término.
La entrada a la Ciudadela costaba 20 libras (10 con el carné de estudiante) y te daba derecho a recorrer el recinto y a entrar en edificios como la espléndida mezquita de Farag Ibn Barquq, que era de reducido tamaño, pero que no por ello estaba carente de interés. En el centro había un gran patio rodeado de pórticos y de una sala hipóstila y el techo estaba a cielo abierto, por lo que la luz entraba directamente hasta el suelo.
Entramos también en la vecina mezquita de Mohamed Alí, que se encontraba en el punto más alto de la Ciudadela y cuya puerta principal daba a un bonito jardín. Su interior impresionaba por la grandiosidad del espacio y por las grandes columnas. Caminamos sobre la alfombra roja llevando el calzado en la mano (no nos fiamos de dejarlo en la puerta), admirando la majestuosidad del templo.