En los meses fríos del año, los pueblos como Aguilar aprovechan para ejecutar obras en la vía pública. Tras sortear algunas de ellas, conseguimos estacionar el vehículo a los pies de la iglesia Nuestra Señora del Soterraño, construida en el siglo XVI en estilo gótico-mudéjar.
En la parte más alta del cerro, por detrás de la iglesia del Soterraño, llegaréis a la explanada que acoge el Castillo de Aguilar: restos de murallas y torres. Esta zona es muy rica arqueológicamente, pues hubo asentamientos de población desde tiempos pretéritos.
El paseo matinal por el centro histórico de Aguilar comienza en la calle Arrabal, vía que exhibía buenos ejemplos de la arquitectura popular de la villa.
En la calle Arrabal podréis admirar la Casa de las Cadenas, una de las más antiguas de la ciudad. En su fachada de piedra podremos ver las cadenas que la caracterizan, símbolo de poder en su época.
Por la calle Arrabal iréis a parar al parque de las Coronadas, el lugar de encuentro preferido de los lugareños. En su centro, rodeado de bancos y árboles, se encuentra el típico kiosco hexagonal.
A partir del parque de las Coronadas comienza la calle Moralejo, la principal vía comercial que vertebra el centro de Aguilar. Aquí se localizan numerosos edificios que nos hablan del pasado y riqueza de la villa.
Las casas señoriales de la calle Moralejo no os dejarán indiferentes. En las fachadas, los escudos de las familias comparten protagonismo con las grandes rejas de forja de las ventanas y con los grandes portones de acceso.
Al inicio de la calle Moralejo, en la pequeña placita que se abre ante vosotros, podréis ver el convento de San José y San Roque, fundado en 1668.
El convento presenta un ejemplar señero del barroco sevillano. Su interior alberga notables cuadros y tallas, un espléndido retablo y lienzos del carmelita fray Juan de la Misericordia.
En la calle Moralejo encontraréis un par de arcos que conducen a la plaza de San José por calles un tanto empinadas (calles Granada y Virgen de la Paz son dos de ellas).
Arco de la calle Granada |
Arco de la calle Virgen de la Paz |
La plaza de San José es un imprescindible de Aguilar. Se trata de un gran recinto octogonal de estilo neoclásico, terminado en 1810. En un ángulo de la plaza podréis ver el Ayuntamiento.
Las fachadas de los edificios, de color blanco, tienen tres cuerpos separados por impostas. Las portadas están adinteladas con pilastras, frisos dóricos y balcones de orden jónico. Los arcos son abovedados de medio cañón.
Partiendo de la plaza de San José por la calle de Don Teodoro alcanzaréis la barroca Torre del Reloj, caracterizada por su ladrillo agramilado y su chapitel de azulejería. La torre se levantó en 1774. El motivo de su construcción fue el de dotar al municipio de un reloj público.
Torre del Reloj. Calle Don Teodoro |
Torre del Reloj |
Junto a la torre, en un lateral de la plaza, se encuentra el Auditorio Municipal Sebastián Valero, construido en la antigua iglesia de los Desamparados.