• Una barcaza une cada pocos minutos Fuenterrabía con Hendaya por la bahía Txingudi. Esta opción es buena si no se dispone de un vehículo.
• Nosotros fuimos a Hendaya en coche, y tuvimos que soportar un buen atasco al llegar a Irún.
• Los franceses entran a España a comprar tabaco, gasolina y alcohol. Una parte de las caravanas las causan ellos.
• Hendaya tiene tres núcleos dispersos: el barrio de la estación internacional, el centro histórico y la zona de playa. A nosotros sólo nos dio tiempo de visitar los dos primeros.
• La playa de Hendaya es una de las más largas y hermosas del País Vasco francés, que se extiende por casi 3 kilómetros.
• En la villa podéis ver el castillo de Abbadia, construido en el siglo XIX en estilo neogótico.
• La Reserva Natural de las Marismas de Txingudi es una zona protegida situada entre Hendaya e Irún.

Hendaya cuenta con varios núcleos urbanos dispersos, además de una larga playa y un castillo. No teníamos tiempo de verlo todo. Tras el baño en la playa de Fuenterrabia, tomamos la carretera de la costa y, sumidos en una pequeña caravana, logramos estacionar junto a la ferroviaria estación Central de Hendaya.

Estación Central

Como amante de los trenes que soy, no podía pasar por alto una visita al edificio ferroviario más importante de Hendaya, cuyo interior aloja un buen número de vías de ancho europeo y, en un lateral, la estación de vía estrecha del Euskotren, la única que lleva por nombre Hendaia (en el resto de andenes figura Hendaye). Como era de esperar, un TGV estaba a punto de partir hacia París. Me entraron ganas de montar y emprender un nuevo Interrail por Europa, uno más en mi dilatada cuenta.

Estación Central

Medio kilómetro separa la estación de tren del centro histórico de Hendaya por el bulevar General de Gaulle. Lo podíamos haber cubierto en coche, pero preferimos caminar observando las vías de tren.

Bulevar General de Gaulle

Bulevar General de Gaulle

El bulevar General de Gaulle nos condujo al centro histórico de Hendaya. En la calle del Puerto entramos en la oficina de turismo para conseguir un plano de la ciudad. Yo soy de la antigua escuela, me gusta moverme por una ciudad con un mapa de papel en la mano.

Bulevar General de Gaulle

Calle del Puerto

Gracias al mapa urbano llegamos a la plaza de la República, en el corazón del viejo Hendaya, un bello enclave presidido por el Ayuntamiento y la iglesia de San Vicente.

Plaza de la República

Iglesia y Ayuntamiento

La Casa Consistorial es un recio edificio de fachada blanca del que cabe destacar sus numerosas ventanas y un largo balcón porticado con vigas de madera. En la barandilla, acompañando a las banderas europea, francesa y vasca, veréis muchas flores multicolor.

Ayuntamiento de Hendaya

Junto al Ayuntamiento se alza la iglesia de San Vicente, de reluciente color blanco. De ella cabe destacar su campanario, de planta cuadrada, levantado sobre un arco y provisto de ventanas abovedadas y un reloj en lo alto.

Campanario de la iglesia

En todo el casco histórico las fachadas de los edificios relucían de un blanco impoluto. En calles como la de la Libertad vimos algunas casonas vascas, muy grandes, con balcones y ventanas rematados en madera, decorados con flores de todos los colores.

Calle Libertad

Me chocó mucho no cruzarnos con turistas, parecía que estuviéramos en invierno, con el cielo encapotado amenazando con descargar agua en cualquier momento.

Calle Libertad

Al final de la calle Libertad, al otro lado del bulevar de Gaulle, fuimos a parar a la plaza Caneta, un apacible enclave que se asoma a la bahía de Txingudi.

Plaza Caneta

Plaza Caneta

La plaza Caneta es un maravilloso mirador. Al fondo avistamos Fuenterrabía, puerto y centro, y en primer plano barcas, muchas barcas varadas en ese estrecho brazo de mar que separa dos ciudades y dos países.

Bahía de Txingudi desde la plaza Caneta

Fuenterrabía al fondo