Judes se encuentra en la esquina sureste de la provincia de Soria. Su término municipal hace frontera con la provincia de Guadalajara y queda a pocos kilómetros de la homónima de Zaragoza. Esta isla geográfica ha permitido que los topónimos se mantengan intactos desde hace siglos.
El pueblo está en un apartado lugar de la sierra del Solorio, una gran desconocida a nivel provincial y autonómico (no digamos a nivel estatal), y eso que cuenta con uno de los sabinares más extensos de Europa.
La sabina albar es endémica de esta sierra, es su principal carta de presentación. Crece a partir de los 1.000 metros de altura, y Judes, que está a 1.231 metros, es un enclave perfecto para que se desarrolle plenamente.
Son muchas las sendas que parten de Judes y se adentran en el sabinar. Una de ellas, quizá la más frecuentada por los caminantes, nos conduce al Llano del Sabinar. Al final del mismo, reafirmando el origen del topónimo de Judes, tenemos el Mirador de las Piedras.
Hacia el norte de Judes, la sierra del Solorio cae en picado (unos 400 metros) hacia el valle del río Jalón. Por eso, si miras en esa dirección, o hacia el este, la vista panorámica se pierde hasta donde alcanzan tus ojos, hasta el Sistema Ibérico.
La particular orografía del pueblo habría originado el topónimo de Judes, y estaría relacionado con el hecho de observar un vasto territorio. Desde aquí se ve el Moncayo y, en días despejados, las sierras de la Demanda y Cebollera, fronterizas con La Rioja.
Judes está a mucha altura, por eso los veranos son algo más llevaderos. Eso sí, ahora que estamos inmersos en un cambio climático que parece no tener vuelta atrás, las cosas han cambiado para mal. Hace años, el sol de mediodía era sopotable, y cuando llegaba la noche tenías que abrigarte para salir y taparte para dormir. Hoy día, las continuas olas de calor lo han cambiado todo.
Judes cobra vida en verano y en fechas señaladas del calendario: Semana Santa, Navidad, puentes... El resto del año, como ocurre en la España vaciada, viven cuatro gatos; y un candado sella las casas.
En el centro del pueblo sobresale la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XIV, un descomunal edificio que combina varios estilos arquitectónicos.
La iglesia es muy grande porque en el pasado Judes tuvo mucha población, más que Arcos de Jalón antes de la llegada del ferrocarril. En el mapa de la provincia de España que hay en la sevillana plaza de España, por ejemplo, aparece Judes como la localidad más importante del sureste soriano.
La entrada a la iglesia se realiza a través de un bello pórtico que presenta cinco arcos. Esta es una de las principales cartas de presentación del edificio.
En los años ochenta del pasado siglo se llevó a cabo la restauración del interior de la nave —destruido por un rayo—, que incluyó el desescombro y el retejado de la cubierta. Los trabajos fueron encargados a una empresa, pero la labor de retirar escombros recayó en los hombres y mujeres que ese año pasamos el verano en el pueblo, entre los que me incluyo yo.
El resultado final fue maravilloso. Los maderos que sostenían el techo fueron sustituidos por vigas de hierro, pero la piedra de las paredes se volvió a colocar de forma ejemplar en su sitio, y a la vista del resultado, se realizó de forma admirable.
El campanario de la iglesia se mantuvo en pie tras la caída del rayo. Lo que se dice vertical, no es que esté, pero bueno, todavía aguanta en pie, que es lo importante, con sus dos campanas a pleno rendimiento cuando el párroco llama al rezo.
Las fiestas de Santa Teresa de Jesús son en octubre, pero, como ocurre en los pueblos vacíos de este país, se han trasladado a agosto. Con las casas llenas y el dinero de todos es más fácil contratar orquestas, hinchables para niños, cátering, etc.
La plaza del pueblo es muy grande. En ella podréis ver un conjunto de casas de piedra, la fachada de la iglesia y, en el centro, la vieja escuela (reconvertida en espacio lúdico la parte de arriba y en bar la de abajo).
Adosado a la escuela se hallaba el camposanto, que pasó a mejor vida cuando se construyó el nuevo frontón (aquello fue un sacrilegio). Una parte del cementerio fue destinado a construir el escenario para la orquesta, y los restos óseos..., pues eso, que fue un sacrilegio.
El frontón es una de las joyas de Judes. En 2025, tras la petición realizada meses atrás al Ayuntamiento de Arcos, se ha restaurado brillantemente. Una nueva valla protege el perímetro y la pista se ha cementado de nuevo.
El frontón, por encima de todo, destaca por su pared situada en el lado derecho. Y lo que lo hace único, es que esta pared pertenece a la iglesia parroquial. Es una mezcla de deporte y religión rara vez vista en una cancha.
Judes ya no tiene Ayuntamiento propio, es una pedanía de Arcos de Jalón, población que no invierte lo suficiente en infraestructuras y servicios. La Asociación Cultural de Judes, con el dinero que recauda gracias a las aportaciones de los vecinos del pueblo, pone su granito de arena. De esta manera, conseguimos lo que Arcos no nos da.
No hace mucho, el lavadero público se acondicionó como merece, con la colocación de un tejado a dos aguas. Pues bien, esta es la única mención al elemento líquido que podemos asociar a este edificio, porque desde hace muchos años, el agua rara vez llena los pilones. Debe ser por culpa de la escasez de lluvias, o de la pérdida del acuífero.
En Judes, como ocurre en muchos lugares de la España vaciada, no llega la fibra; y a la falta de Internet, le tenemos que sumar los problemas de cobertura ocasionados por la vieja antena de telefonía, de la que nadie se responsabiliza (ni el Ayuntamiento de Arcos ni Movistar).
JUDES Y EL REY DE ARABIA SAUDÍEn el verano de 2023 unos reporteros de Antena 3 se desplazaron a Judes para denunciar este hecho. Los vecinos gritaron "queremos cobertura"; y la cosa quedó ahí. En la actualidad seguimos sin fibra y sin que sustituyan o adapten la antena de telefonía. En fin...
Años atrás, eran muchas las fuentes por las que manaba agua en Judes, pero la falta de lluvias o la pérdida de los acuíferos, las han secado. Un manantial que siempre tiene agua es el de la fuente del Farzazoso. Situado a las afueras del pueblo, antaño tuvo muchas charcas rebosantes de ranas.
A unos dos kilómetros de Judes, en mitad del sabinar, se localiza la laguna de Judes, apta para darse buenos chapuzones cada vez que el acuífero la llena (cosa que ocurre cada vez con menos frecuencia).
La última vez que la laguna tuvo mucha agua en agosto fue en 2020 (fotos de arriba). Durante la primavera de 2025, gracias a las abundantes lluvias que han caído en la sierra, esta enorma balsa va camino de llenarse de nuevo.
Cuatro kilómetros, por la carretera de Iruecha, separan Judes del Pozo Piojoso, uno de los rincones más bucólicos de la villa, utilizado desde tiempos inmemoriales por los pastores para dar de beber a sus rebaños.
En verano, las sombras de sus sabinas acogen el tradicional turismo de fiambrera y manta que tanto se asocia con la imagen de la España interior.
A un kilómetro del pozo Piojoso, en la carretera de Iruecha, se encuentra el Hoyo Redondo, una enorme hondonada rodeada de suaves colinas pobladas de sabinas. Nunca había visto agua en este lugar, pero en la Semana Santa de 2024, como resultado de varios días seguidos cayendo agua y nieve, lo que parecía ser un simple hoyo se convirtió en una laguna. La frase "este lugar tiene pinta de haber acogido agua en el pasado" cobró al fin sentido.
La sierra del Solorio se extiende por las provincias de Soria, Guadalajara y Zaragoza. En las cotas altas, que van desde los mil a los 1.400 metros de altitud, crece el sabinar más extenso de Europa, compuesto principalmente por la sabina albar.
Se trata de un territorio ondulante, repleto de suaves colinas y de pequeños valles con riachuelos intermitentes que desaguan en los ríos Jalón y Mesa. Los principales pueblos sorianos del sabinar son Judes, Iruecha y Chaorna, y en Guadalajara tenemos Maranchón y Codes.