Estacionamos el vehículo en el aparcamiento gratuito de la Av. Castilla-La Mancha, y en diez minutos nos situamos frente a la Torre de Antequera de la muralla norte.
La muralla de Toledo es el resultado del trabajo de varios pueblos: romano, visigodo, musulmán y cristiano. conserva tramos bien preservados con varias puertas y torres históricas que se pueden visitar. En la calle Carrera, de camino a la Puerta de la Bisagra, tenéis un buen tramo en perfecto estado.
La Puerta de la Bisagra es el principal acceso a la ciudad amurallada. Construida por los musulmanes y reformada en el siglo XVI, destaca por su gran arco y el escudo imperial de Carlos V.
A partir de la Puerta de la Bisagra, por la Calle Real del Arrabal, se accede al centro histórico de Toledo. Y el primer edificio relevante que veréis es la parroquia de Santiago el Mayor, construida entre 1245 y 1248 con arquitectura morisca.
El siguiente edificio, también religioso, es la ermita de la Virgen de la Estrella, iniciada en 1611, aunque la actual portada se construyó hacia mediados del siglo XVII.
A la altura de la ermita, la calle Real del Arrabal se retuerce y se empina. En este tramo aparece la Puerta del Sol, una puerta de albarrana de carácter conmemorativo, de gran influencia nazarí. Está fechada en el último cuarto del siglo XIV.
Y unos metros más arriba, abierta en la muralla superior, se encuentra la Puerta de Alarcones, aunque a mí me llamó más la atención la vista panorámica que ofrece este enclave de la zona norte de Toledo.
En el número 3 de la calle Sillería se encuentra "la ventana más pequeña del mundo", o al menos, así nos la venden. El edificio está construido en 1973 y en la parte baja de la fachada se aprecia esta diminuta abertura, que probablemente ni siquiera es una ventana.
En la calle Alfileritos (prolongación de la calle Sillería) se encuentra el inicio de la calle Cristo de la Luz. Esta calleja, que desciende hacia la muralla interior de Toledo (la pendiente es fuerte), conduce a la mezquita del Cristo de la Luz, construida en el año 999.
En época musulmana, la mezquita consistía en un pequeño oratorio con arcos de herradura y una bella cúpula decorada con ladrillo. Tras la conquista de Toledo por Alfonso VI en 1085, se transformó en una iglesia. Se le añadió un ábside de estilo mudéjar y pasó a llamarse Cristo de la Luz por un milagro atribuido a una imagen oculta de Cristo.
El interior de la mezquita es de planta cuadrada, con cuatro columnas que sostienen nueve bóvedas ricamente decoradas. Tiene hermosos arcos lobulados y de herradura de estilo andalusí. El ábside mudéjar, del siglo XII, fue añadido tras la conversión en iglesia. En las paredes podréis admirar restos de frescos cristianos medievales.
![]() Arcos de la mezquita |
![]() Frescos de la mezquita |
En la cara norte de la mezquita, junto a la muralla islámica, se encuentra el Jardín Cristo de la Luz, un espacio verde cargado de espiritualidad que os brindará una buena vista panorámica de la calle Real del Arrabal y la Puerta del Sol.
Si hay algo que abunda en el casco viejo de Toledo son las iglesias, los conventos y los monasterios. Se necesitan varias jornadas para descubrir algunos de estos edificios religiosos; por eso, cuando vas justo de tiempo, tienes que priorizar lo que quieres ver.
![]() Convento de Santa Clara |
![]() Convento de Santa Clara |
Desde la mezquita del Cristo, nos quedaba muy cerca el convento de Santa Clara la Real, fundado a mediados del siglo XIV; y decidimos ir a echarle un vistazo.
Otro importante edificio religioso en la zona, situado sobre el perímetro exterior de la cornisa que delimita el peñón toledano, es el monasterio de Santo Domingo, fundado en 1364.
En el corazón del casco viejo se localiza la plaza Amador de los Ríos, una de las más bonitas de la ciudad. La plaza está dedicada a Amador de los Ríos, arqueólogo especializado en la historia de Al-Ándalus y en la cultura judía en España.
![]() Plaza Amador de los Ríos |
![]() Plaza Amador de los Ríos |
En la plaza Amador de los Ríos podéis ver el Oratorio de San Felipe de Neri, del siglo XV (antigua iglesia de San Juan Bautista), y las Termas romanas, construidas en la época altoimperial romana (siglos I-III d.C.).
Las Termas formaban parte de un complejo urbano más amplio que incluía acueductos y otras infraestructuras hidráulicas. Fueron descubiertas en el siglo XX, durante unas excavaciones en el casco histórico. Se han identificado los siguientes espacios: Frigidarium (baño frío), Tepidarium (baño templado), Caldarium (baño caliente), vestíbulos y pasillos.
El hecho de viajar en coche originó que pudiéramos alojarnos en el extrarradio de Toledo, en el gran hotel Beatriz, al margen del bullicioso casco histórico.