![]() |
![]() Vall de Roures y río Matarraña |
El río Matarraña cruza esta hermosa comarca turolense de sur a norte, y saliendo de Beseit se encajona formando un desfiladero. Aquí comienza la Reserva Nacional Ports de Beseit, que comparte buena parte del territorio con la vecina provincia de Tarragona. Existen muchas sendas para los amantes de la naturaleza, siendo la más recomendable por su belleza y espectacularidad la del Parrizal, la única que sigue el curso alto del río Matarraña.
La ruta del Parrizal (o del Parrissal) comienza en Beseit, uno de los pueblos con más encanto del Matarraña. Por eso, antes de iniciar la senda os aconsejo que empleéis unos buenos minutos en recorrerlo pausadamente.
¿Y cuáles son los principales puntos de interés que atesora este bucólico pueblo? Pues no debéis perderos la iglesia, el lavadero público, el puente medieval sobre el río y, sobre todo, su casco viejo, repleto de viejas casonas.
A las afueras de Beseit, río arriba, comienza la interesante Senda del Parrizal, que sigue el cauce del Matarraña y se adentra en el macizo de los Puertos. Esta vasta área verde está incluida en la Reserva Nacional Ports de Beseit y se extiende hasta la vecina Cataluña. Nosotros no llegamos tan lejos, dimos media vuelta cuando llegamos a unas piscinas naturales franqueadas por pasarelas de madera.
Para iniciar la ruta lo más próximo posible a las pasarelas de madera conviene cubrir en vehículos o bicis los seis kilómetros asfaltados (estrecho y sin arcén) que separan Beseit del aparcamineto ubicado en la barrera o Punto de Control (ahora es de pago obligatorio: 10€ por coche). Aquí veréis un merendero y el inicio del camino de Formenta, que serpentea por el Parque Natural al oeste del río Matarraña.
A partir de la barrera comienza el sendero propiamente dicho, el que remonta el río Matarraña por la orilla izquierda. Superados un par de meandros de suave ascenso llegaréis a un paso estrecho, donde la roca abraza el agua del río. Aquí se encuentran las primeras pasarelas de madera que, acolladas en la piedra, nos permitirán sortear las bravas aguas del río Matarraña.
Río arriba, entre los meandros que forma el río, podréis ver las pinturas rupestres de la Fenellasa y la Cova de la Dona, una de las zonas más chulas de la senda. La ruta concluye en Els Estrets del Parrissal, un cañón de 60 metros de alto, 1,5 m de ancho 200 m de largo, sólo transitable en época estival, y al que nosotros no llegamos por ir justos de tiempo. Vall de Roures nos aguardaba.
A mediodía, una vez completamos nuestra senda del Parrizal, marchamos a Vall de Roures, la capital de la comarca del Matarraña. Antes de visitar su apretado casco urbano, realizamos un tardío almuerzo en el restaurante Fonda La Plaza, junto al Ayuntamiento, exquisito local, ambientado en la época medieval, donde comimos buenos platos típicos de la comarca.
Vall de Roures está declarada conjunto Histórico-Artístico por sus interesantes edificios: puente de Piedra, puerta de San Roque, Ayuntamiento y, en la parte superior, el castillo, cuya visita recomiendo. Construido alrededor de una roca natural durante el periodo de reconquista, el edificio primegenio fue un torreón defensivo. A finales del siglo XIV adquirió su carácter señorial. Junto al castillo podréis ver la iglesia de Santa María, un edificio gótico levantino construido en los siglos XIV y XV.
Abandonamos Vall de Roures por la puerta de San Roque, la antigua entrada a la villa. La puerta está unida al puente Medieval, que une ambas orillas del río Matarraña. Desde el puente obtendréis la mejor vista panorámica del casco urbano y el castillo.
El norte del Matarraña esconde uno de los núcleos urbanos mejor conservados de la comarca, se trata de Calaceit, municipio declarado conjunto de interés Histórico-Artístico por sus casas señoriales, capillas, ermitas, portales y el Ayuntamiento, del siglo XVII.
Para conocer bien la población es indispensable pasear por la calle Mayor, por la plaza de España y por la calle Maella. Debéis contemplar el edificio que acogió la cárcel y realizar una visita por el casco histórico, serpenteando, para ver la iglesia parroquial Nuestra Señora de la Asunción, el portal-capilla de San Antonio, el portal-capilla Virgen del Pilar y el museo Joan Cabré, dedicado a este arqueólogo calaceitano.
Y si tenéis tiempo (no fue nuestro caso), a dos kilómetros de Calaceit, en la carretera que lleva a Queretes, podréis realizar una interesante visita al poblado ibérico de Sant Antoni, del siglo V antes de Cristo.