Puente Nuevo de Camprodón |
La comarca del Ripollés está vertebrada por el río Ter y por su principal afluente, el río Freser. El Ter también vertebra a Ripoll, con su centro histórico desparramado a lo largo de su cauce.
En esta excursión de un día me adentro por la cuenca alta del Ter, y la ciudad de partida no puede ser otra que Ripoll, la capital de la comarca, que destaca por su monasterio de Santa María (año 879), enclavado en pleno núcleo histórico.
Monasterio de Santa María |
Comprando leche en Ripoll |
En la carretera que nos lleva a Camprodón, a orillas del río Ter, se encuentra Sant Joan de les Abadesses, villa monacal que cuenta con un extraordinario monasterio construido en el año 1150. Nosotros, que íbamos justos de tiempo, continuamos río arriba, hasta alcanzar Camprodón, en el valle homónimo, nombre que, según nuestros sabios, deriva de un antiguo asentamiento romano conocido como Campus Rotundis (esto no debería creérselo nadie. Su topónimo, como el de casi todos los pueblos de la Península, estaría escrito en lengua euskérica).
En la unión de los ríos Ter y Ritort se levanta el principal monumento histórico de la ciudad: el puente Nuevo, construido en el siglo XII, que a todas horas congrega a un nutrido grupo de visitantes.
La siguiente etapa de esta ruta transcurre en el valle de Camprodón. Primeramente avanzamos por la carretera que asciende junto al río Ter, entre altas montañas cubiertas de nieve.
Nos detuvimos a almorzar en un aclamado restaurante de Setcases, pueblo que cuenta con una buena infraestructura hotelera gracias a la cercana estación de esquí de Vallter 2000.
La última etapa del viaje, la más sinuosa de todas debido a los continuos zig-zag que describe la carretera, nos llevó a la estación de esquí de Vallter 2000, desde cuya cota inferior (a 2.400 metros de altitud) tuvimos unas impagables vistas del valle y de los picos próximos (rozan los tres mil metros de altitud), como el Bastiments o el Puigmal.