Bassa de Oles |
Después de dar buena cuenta del exquisito desayuno, a base de bufé libre, que nos ofrecieron en el Parador Nacional de Vielha, agarramos el coche y marchamos ipso facto hacia la capital del valle de Arán.
Era domingo, a primera hora de la mañana, y apenas había gente por el centro histórico de Vielha, lo cual agradecimos. Paseamos por la plaza de la Iglesia, que acoge el Ayuntamiento.
En la plaza veréis la iglesia de San Miguel (Sant Miquèu), un ejemplo interesante de arquitectura de transición entre el románico y el gótico. Fue levantada entre los siglos XI y XIII junto al antiguo castillo de origen medieval, del que no se ha conservado nada. El campanario es del siglo XVI, y tenía carácter defensivo.
En la parte alta del pueblo podéis asomaros al río Nere, uno de los principales afluentes del Garona en el valle de Arán. Remontando este vallecito por la carretera N-230 se llega al túnel de Vielha.
Si cruzáis el río Nere por uno de sus puentes, iréis a parar a la calle Mayor. Diseñada en paralelo al cauce de este río, en ella podréis ver muchas casas señoriales. Y como no podía ser de otra manera, tratándose del principal eje comercial de la ciudad, aquí encontraréis buenos restaurantes.
Cruzando el río Nere |
Calle Mayor |
A continuación iniciamos una ruta en coche por el Medio Arán. Nos dirigimos hacia Gausac por una carretera comarcal trazada a media montaña, a varios metros por encima del río Garona. Vale la pena tomar esta ruta; veréis el pueblo de Casau y prados verdes repletos de gráciles vacas, y de algún que otro caballo.
Tardamos diez minutos en alcanzar Gausac, encantador pueblo de casas recias levantadas en torno a la iglesia de San Martín de Tours, de estilo gótico.
El templo comenzó a construirse a finales del siglo XIII, y exteriormente destaca por su robusto campanario, abovedado en su parte inferior.
A partir de Gauscac, avanzamos por un tramo llano de la carretera, hasta alcanzar el mirador de Betlán (el cartel lo anunciaba como Guarder de Betlan), que nos brindó una hermosa perspectiva del valle de Arán, con el río Garona abriéndose camino de sur a norte.
Desde el mirador, observando la ladera opuesta del río Garona, contemplamos cuatro pequeños pueblos que se desparramaban por la zona media del valle de Arán: Betlán, Montcorbau, Mont y Vilac.
Por último, tras acometer vertiginosas curvas de herradura por una nueva carretera local, nos aupamos hasta la Bassa d'Oles, pequeño lago que puso el colofón a esta ruta por el Medio Arán.
TOPÓNIMO DE OLESLa bassa de Oles, situada a 1.161 metros de altitud, es uno de los pocos ibones de alta montaña del valle de Arán al que se puede llegar en vehículo. Se trata de un lugar fascinante, dominado por altos pinos y abetos, donde las nieves de los picos cercanos se reflejaban en las cristalinas aguas del lago. Si vais a primera hora de la mañana, como fue nuestro caso, podréis rodearlo en solitario para admirar su belleza.