Las cataratas desde Brasil |
Esta ruta comienza en Ciudad del Este (Paraguay), cruzando el emblemático puente de la Amistad sobre las agitadas y turbias aguas del río Paraná. El puente une Paraguay con Brasil, o lo que es lo mismo, Ciudad del Este con Foz do Iguaçú.
Puente de la Amistad |
Río Paraná desde el puente |
Media hora fue suficiente en la caótica Ciudad del Este. El tránsfer reanudó la marcha por territorio brasileño, serpenteando por las calles de Foz do Iguaçú. El almuerzo también estaba incluido en la excursión. Se trataba de la mega churrasquería Rafain, ubicada al inicio de la carretera que lleva a las cataratas del Iguazú, un local especializado en todo tipo de carnes a la brasa, que nosotros mismos nos echábamos en el plato con sumo deleite.
Después del almuerzo acometimos la última etapa de esta excursión por tres países. El tránsfer nos dejó en el Centro de Interpretación de las Parque Nacional Iguaçú, cuyo principal atractivo lo constituyen las cataratas de Iguazú.
Acceso a las cataratas |
El autobús |
Tras abonar la entrada, un autobús de dos plantas nos acercó hasta el inicio de la senda de las Cataratas, una pista repleta de miradores trazada en la cornisa brasileña del río Iguazú. En un plano superior avistamos el emblemático hotel Das Cataratas, el mejor alojamiento para disfrutar de los saltos de agua sin moverse de una habitación.
Hotel Das Cataratas |
Inicio Senda de las Cataratas |
Tenía razón el dicho: desde Brasil se ven las cataratas y desde Argentina se viven. Los miradores mostraron la mejor estampa de los saltos argentinos: San Martín, Bossetti, Escondido, Tres Mosqueteros...
El plato fuerte llegó al final de la senda, cuando caminamos por una pasarela que se asomaba a la Garganta del Diablo, donde las aguas se precipitan desde 80 metros en un ensordecedor bramido, entre densas columnas de vapor. Acabamos empapaditos de agua. Fue la ducha más espectacular que he tomado en mi vida.