Campo de Criptana |
Ochocientos kilómetros separan Barcelona de Tomelloso, la ciudad donde habíamos fijado nuestra residencia manchega. Hicimos noche en Soria y al día siguiente completamos los cuatrocientos kilómetros que nos faltaban.
Llegamos de noche a Tomelloso. Una vez nos instalamos en el apartamento turístico Don Diego, nos dirigimos hacia el centro de la ciudad. Los monumentos más relevantes se encuentran en torno a la plaza de España: Ayuntamiento y la Posada de los Portales, declarada monumento histórico artístico, un edificio del s. XVII que cumplió funciones de albergue de viajeros.
Posada de los Portales |
Ayuntamiento de Tomelloso |
Nuestro primer tramo quijotesco comienza al norte de Tomelloso, en Campo de Criptana, la tierra de gigantes, cuyos molinos de viento inspiraron a Cervantes para escribir una parte de El Quijote.
Actualmente se conservan diez molinos de viento en el Cerro de la Paz, de los cuales tres son Bien de Interés Cultural: Sardinero, Burleta y al que accedimos nosotros, Molino Infanto, que conserva la estructura y mecanismo original del siglo XVI.
Unos kilómetros al norte, en la provincia de Toledo, llegamos a El Toboso, el pueblo natal de Dulcinea, el gran amor del ingenioso caballero andante. Sus calles albergan una iglesia parroquial, dos conventos y dos museos: el Cervantino y el del Humor Gráfico Dulcinea.
El Toboso |
El Toboso |
Pero lo que busca el turista que llega a El Toboso es la Casa Museo de Dulcinea, conocida desde antiguo como "Casa de Torrecilla" (siglo XVI), que perteneció a Ana Martínez Zarco, y que Cervantes inmortalizó con el nombre de Dulcinea (Dulce Ana). Su interior recrea la vida de una casa de hidalgos ricos de la época cervantina: cocina, despensa, alcobas, molino, bodega, patios, corrales, pozos... (Su visita valió la pena).
La siguiente etapa quijotesca transcurre por la provincia de Cuenca y la primera parada, obligatoria, corresponde a Belmonte, conjunto monumental que acoge importantes edificios: colegiata del siglo XV, un castillo y murallas. Es el típico pueblo de La Mancha que seduce por sus casas encaladas y por sus armoniosas y apacibles plazas.
Nuestra Ruta del Quijote finaliza al sureste de Belmonte, en San Clemente, ciudad famosa por su plaza Mayor y declarada conjunto histórico por la monumentalidad de sus iglesias, palacios y casonas.
Parroquia de Santiago |
Parroquia de Santiago |
San Clemente destaca por la fachada porticada del Museo de Obra Gráfica, en la plaza Mayor, por la parroquia de Santiago Apostol, por el Arco Barroco de la plaza del Mercado y por la Torre Vieja, la construcción más antigua de la villa, de planta cuadrada, levantada en el siglo XV.
Museo de Obra Gráfica |
Torre Vieja |