Plaza del Duomo |
Partimos de Barcelona hacia Cerbere, en la frontera francesa, en un tren de cercanías. Llegamos a esta localidad costera entrada la noche, a punto de coger el tren nocturno con destino a Milán. Tuvimos suerte de encontrar un compartimento vacío con seis asientos.
El tren nocturno se movió por el sur de Francia, vía Marsella, Niza y Mónaco. Cruzó la frontera italiana por Ventimiglia, y luego acometió la costa italiana de Liguria, con parada en Génova. Debimos acumular algo de retraso porque llegamos a la estación Central de Milán a las 13:30h.
Íbamos a estar unas pocas horas en Milán antes de partir hacia Venecia esa misma tarde. Así que cogimos el metro y nos desplazamos hasta la plaza del Duomo, en el corazón de la ciudad. Reconozco que no estuvo bien, en lugar de probar la pasta comimos en un McDonald's de la plaza. Qué se la va a hacer.
No quise tomar una foto del Duomo, ya que por esas fechas tenía toda la fachada cubierta de andamios. Fue más sensato salir retratado frente a la Galería Vittorio Emanuele II.
La Galería Vittorio Emanuele II, también conocida como "El Salón de Milán", es una galería comercial diseñada en el siglo XIX. Aquí se encuentran las tiendas más famosas de Milán, caracterizadas por el color oscuro de la parte superior de las vitrinas y por mantener un diseño arquitectónico modernista.
Partimos de Milán, rumbo a Venecia, pasadas las seis de la tarde. Íbamos a bordo de un tren Regional compuesto por una barbaridad de vagones. Porque en Italia este tipo de trenes rápidos, que unen grandes ciudades a la velocidad del rayo, tienen una gran aceptación.