PEÑA/BENIA/BENI = "montaña que destaca" + HORMA = "pared, muro".
BENIHORMA > BENIDORMA > BENIDORM haría alusión al peñón pedregoso situado frente a la playa, a 2 millas, que destaca por tener una altura de 73 metros a modo de muro infranqueable, y que es conocido como isla de Benidorm. (Ver peña)
- El origen del topónimo de Benidorm se encuentra a dos millas de la costa, en la isla rocosa del mismo nombre.
- Es muy difícil aparcar de forma gratuita en el centro de Benidorm.
- Yo estacioné el coche en el enorme solar ubicado al otro lado de la estación de tren. Desde aquí hasta el centro tenéis unos 15 minutos de caminata.
- La bulliciosa ciudad de Benidorm ha vendido su urbanismo descontrolado y su turismo de masas como el paradigma de las vacaciones perfectas. Tendréis que descubrirlo vosotros mismos.
- Tened en cuenta que, en temporada alta, durante los meses de verano, sus playas no pueden absorber la fuerte demanda.
- Varias embarcaciones salen cada hora del puerto hacia la isla de Bernidorm, cuyas aguas han sido declaradas reserva marina.
- La oferta de restaurantes es amplia. Almorzamos en el restaurante marisquería Córdoba, situado en el paseo de la Carretera. Y nos gustó.
- Visitas:
1/ Paseo de la Carretera, plaza Mayor, calle Mayor, playa de Levante y plaza de Sant Jaume.
2/ Plaza de Santa Ana, plaza del Castillo y Balcón del Mediterráneo.
3/ Plaza Castelar, playa del Mal Pas, Faro del Puerto y playa de Poniente. - Alojamiento: Apartamento Guadalest Dreams, en Guadalest.
- Almuerzo: Marisquería Córdoba, en el paseo de la Carretera.
- Especializado en pescado, arroces y marisco.
- Excelente relación calidad-precio. - Lo mejor:
- Las vistas desde la plaza del Castillo.
- El Mirador de Sant Jaume. - Lo peor:
- La masificación de personas, sobre todo en el paseo Marítimo de la playa de Poniente.
No se me pasó por la cabeza acceder en coche al centro de Benidorm. Al otro lado de la estación de tren avisté un mega estacionamiento gratuito, y allí dejé el vehículo. Poco me importó que fuera de tierra o que estuviera muy retirado de la playa.
Estación de Benidorm
Tardamos quince minutos en alcanzar a pie el centro de Benidorm a través de amplias avenidas. Aquí tuve la oportunidad de comprobar en primera persona en qué consiste el urbanismo descontrolado del que presume la villa. No me gustó lo que vi.
Calle Mayor
Era un lunes previo a la Semana Santa oficial, y Benidorm se preparaba para acoger a miles de turistas —es su peculiar procesión—. A mí me pareció que ya había demasiada gente mientras recorría el céntrico y peatonal paseo de la Carretera, una de las principales calles del centro histórico.
Paseo de la Carretera
El paseo de la Carretera es uno de principales ejes comerciales de Benidorm. Aquí encontraréis tiendas de las primeras marcas y aclamados restaurantes, como la marisquería Córdoba, del que di buena cuenta cuando llegó la hora de almorzar.
Marisquería Córdoba
Cerca del paseo de la Carretera, agazapada entre feos bloques, se encuentra la porticada plaza Mayor. En su interior veréis muchas tiendas y algún que otro restaurante especializado en arroces.
Plaza Mayor
A través de la calle Mayor (carece de encanto), y de otras calles, alcanzamos la playa de Levante, que a finales de marzo no era ni la sombra de lo que uno ve en televisión, cuando el reportero de turno muestra imágenes de los bañistas apiñados sobre sus toallas.
Playa de Levante
Debido al fuerte viento y al temporal de lluvia que azotó la Península esa Semana Santa, las olas del mar rompían con fuerza en la playa de Levante, formando grandes columnas de espuma. Y lógicamente, no vi a nadie en el agua.
Playa de Levante
Desde la playa se divisa la isla de Benidorm, ubicada a unos tres kilómetros de la costa, que muy probablemente originó el topónimo de la villa. Las aguas que rodean el peñasco han sido declaradas reserva marina.
Isla de Benidorm desde la playa de Levante
Un largo promontorio rocoso que se introduce en el mar, el cerro Canfali, separa las playas de Levante y Poniente. Al inicio del cerro se abre la plaza de Sant Jaume, presidida por la iglesia de Sant Jaume y Santa Anna, del siglo XVIII, un templo de estilo neogótico consagrado a la virgen del naufragio.
TOPÓNIMO DE CANFALI
Iglesia de Sant Jaume
En un extremo de la plaza se localiza el Mirador de Sant Jaume o San Jaime, una magnífica atalaya desde la que poder contemplar la playa de Levante.
Mirador de Sant Jaume
Continuamos con la visita al morro de Canfali accediendo a la plaza de Santa Anna. Aquí podréis ver un conjunto de cañones y, en los laterales, las esculturas de "Silvia y María", del artista Jaume Plensa.
Plaza de Santa Anna
Por medio de unas escaleras nos aupamos a la plaza del Castillo, enclave que acogió el castillo y parte de la primitiva ciudad fundada en 1325. En 2019 se llevó a cabo una excavación arqueológica que sacó a la luz los restos del castillo.
Plaza del Castillo
Ruinas del Castillo
Uno de los espacios más destacados de la fortificación es el patio central, donde se situaba el aljibe principal. A su alrededor se distribuían las estancias interiores del castillo, dispuestas en dos plantas.
Patio central del Castillo
Patio central del Castillo
En el flanco de poniente, el que actualmente brinda unas excelentes vistas de la playa homónima de Benidorm, se localizan los restos de la muralla medieval, construida a principios del siglo XIV.
Playa de Poniente desde el Castillo
Unas largas y empinadas escaleras, de blanca barandilla, descienden desde la plaza del Castillo hasta el Balcón del Mediterráneo, uno de los miradores más visitados de Benidorm.
Escalera del Balcón del Mediterráneo
El Balcón tiene forma de pentágono, con balustradas de piedra blanca, y es famoso por sus puestas de sol y por sus vistas de la playa y de la de isla de Benidorm, origen del topónimo de la villa.
Balcón del Mediterráneo
Desde aquí también se puede contemplar la vertiente oriental de la punta de Canfali, que conserva restos de la muralla medieval que cerraba el recinto fortificado por el este. El azote del mar ha favorecido la fractura de los estratos rocosos sobre los que se asentaba la muralla, por lo que se ha perdido parte del trazado original.
Balcón del Mediterráneo
La visita a Benidorm continúa por la plaza Castelar, que ofrece buenas vistas de la iglesia parroquial de Sant Jaume. En el centro de la plaza se encuentra la estatua del Ancla, cedida por la Armada española.
Monumento del Ancla. Plaza Castelar
Desde la plaza Castelar se puede acceder a la pequeña playa del Mal Pas, la calita ideal para darse una baño cuando el mar está picado. Ese día no había muchos bañistas.
Cala del Mal Pas
El puerto de Benidorm no es muy grande. Tendréis una buena panorámica de él desde el Faro del Puerto. Aquí se encuentran las casetas que despachan los billetes a las islas de Benidorm y Tabarca.
Faro del puerto
La punta del faro también es ideal para contemplar el cerro de Canfali, la playa de Poniente y los rascacielos que tanto se asocian con el perfil de la ciudad.
TOPÓNIMO DE CANFALI
Peñón de Canfali desde el Faro
Playa de Poniente desde el Faro
No podíamos pasar por Benidorm sin recorrer el paseo Marítimo de la playa de Poniente, con su suelo azul jalonado por altas palmeras.
Paseo Marítimo de la playa de Poniente
Para bien o para mal, la ciudad de los cien rascacielos sobre el Mediterráneo es única y exclusiva. Se trata de la tercera ciudad española, por detrás de Madrid y Barcelona, con un mayor número de plazas hoteleras, y también la tercera con más pernoctaciones al año.
Playa de Poniente
