El ibón de Baños se encuentra a unos 8 kilómetros de Panticosa, a 1.636 metros de altitud. El ascenso se realiza por una empinada y curvilínea carretera que imita el recorrido del río Caldarés. El coche lo podéis estacionar en el aparcamiento público de la pradera o junto al lago, opción que elegimos nosotros.
Desde el ibón, junto a sus aguas crisalinas, podréis admirar la belleza del circo glaciar, un anfiteatro de escarpes graníticos con picos superiores a los 2.500 metros (Argualas a 3.046 m, Garmo Negro a 3.056 m e Infiernos a 3.082 m).
Conviene realizar la vuelta al ibón en el sentido de las agujas del reloj. Iniciaremos la ruta encaminándonos al punto donde las aguas del río Caldarés escapan del lago y se precipitan valle abajo. Cruzaremos el río por un puente y avanzaremos unos metros por la orilla del lago.
La senda asciende por una colina y se aparta del ibón. En lo alto de este promontorio se encuentra el Mirador del Pandigón, una atalaya que brinda una magnífica panorámica del ibón y del Balneario.
Descenderéis del Mirador por la cara norte, y continuaréis rodeando el lago al nivel de la orilla. Desde este punto tendréis nuevas perspectivas del ibón y de los escarpes que conforman el circo glaciar.
Caminando por la orilla del ibón os toparéis con el arroyo de Argualas, cuyas aguas, procedentes del barranco homónimo, se precipitan desde las alturas hasta el lago.
Una nueva senda, bien indicada y de fácil acceso, acompaña al torrente. La seguiremos para auparnos, en pocos minutos, hasta la base de las cascadas de Argualas, un regalo para los sentidos, principalmente los de la vista y el oído.
La cascada de Argualas tiene una buena corriente de agua. En algunos puntos se puede atravesar de un lado a otro gracias a unas traviesas de madera dispuestas sobre el torrente. El entorno gustará a grandes y pequeños.
Cascada de Argualas |
Cascada de Argualas |
A pocos pasos de la catarata, la senda os conducirá hasta la fuente de la Laguna, una de las pocas construcciones de la época dorada del Balneario que aún quedan en pie.
En el interior del edificio encontraréis el caño de agua de la fuente. El agua es potable y fresca. La fuente se halla en un entorno muy bonito, rodeado de vegetación, y supone una reconfortante parada para los senderistas.
A unos metros por debajo de la fuente de la Laguna daréis con la senda que asciende a los ibones de Ordicuso, que no tomaremos. Seguiremos las flechas azules que encontraremos por el camino.
Caminaremos por un carril amplio, utilizado en invierno como pista de esquí de fondo, y cruzaremos el barranco de Arnales, que a mediados de octubre apenas dejaba entrever un hilo de agua.
La senda finaliza en uno de los puentes que cruza el río Caldarés, en la pradera de los Baños. A partir de aquí seguiremos el cauce del río hasta alcanzar nuevamente la orilla del lago.
El Balneario de Panticosa se halla en una pradera de unas 32 hectáreas. Este llano presidido por un ibón de aguas cristalinas, conocido desde hace cientos de años por las virtudes de sus muchas fuentes termales, es el origen del topónimo de Panticosa (escrito en iberovasco).
Completamos el círculo en torno al ibón de Baños caminando en dirección a la carretera de Panticosa, donde habíamos estacionado el coche. De esta forma, pasando por un diminuto embarcadero, pusimos fin a esta sencilla excursión.