Mi segunda estancia en el valle de Benasque fue en un mes de diciembre, con todas las cumbres nevadas y con un frío espantoso. No pudimos realizar sendas por estar impracticables y optamos por visitar los llanos de Senarta, Cerler y el apartado valle de Gistain, en la parte occidental del Parque Natural Posets-Maladeta.
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Esta ruta la realicé en el mes de diciembre, con parte de la carretera nevada. La inicié en Graus y concluyó en Benasque tras recorrer buena parte del valle de Isábena, que esconde dos joyas arquitectónicas de primer orden: la catedral de Roda y el monasterio de Obarra.
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La ruta comienza en Graus, la capital de la Ribagorza meridional y de toda la comarca, en el lugar donde el río Isábena se une al Ésera. A destacar: la plaza Joaquín Costa, la plaza Mayor, una auténtica joya, el puente romano de tres arcos y, a las afueras, la basílica de la Virgen de la Peña, del siglo XVI.
 Plaza Joaquín Costa |
 Virgen de la Peña |
A partir de Graus, tomamos la carretera que asciende junto al cauce del río Isábena, hasta alcanzar Roda de Isábena, bonita población encaramada en lo alto de un cerro, cuyo atractivo son las construcciones medievales. La villa posee un monasterio y una catedral del siglo X, cuya visita mereció la pena.
 Aparcamos en Roda de Isábena |
 Catedral de Roda de Isábena |
La siguiente etapa por el valle de Isábena nos condujo hasta el monasterio de Santa María de Obarra, románico del siglo XI. No pudimos acceder a su interior porque estaba cerrado, pero al menos sí pudimos admirar el viejo edificio rodeándolo por la verde campiña que le acogía.
 Monasterio de Obarra |
 Desfiladero de Obarra |
A continuación, a través del congosto de Obarra, continuamos hacia la N-260 (carretera transpirenaica) por el puerto de Bonansà, que estaba cubierto de una gruesa capa nieve. El último tramo, una vez superados los puertos de Espina y Fadas, conluyó en Castejón de Sos y finalmente en Benasque tras cubrir los últimos kilómetros por la comarcal A-139. En esta ocasión decidimos alojarnos en los apartamentos Los Lagos, en la avenida de Francia, y la experiencia no nos gustó mucho debido a los muchos ruidos que llegaban de otras habitaciones.
 Puerto de Bonansà |
 Castejón de Sos |
- Senda del bosque de Senarta: Unos 500 metros ida y vuelta hasta el puente del río (muy fácil).
- Desnivel: Prácticamente llano.
- Lo mejor:
- Caminar por el bosque nevado.
- Avistamos un jabato correteando entre la nieve. - Lo peor:
- No utilizamos raquetas de nieve.
Los llanos o plan de Senarta se encuentran cinco kilómetros al norte de Benasque, en la carretera de los Llanos del Hospital (A-139). Se trata de una extensa pradera verde irrigada por el río Ésera que precede a la entrada del valle de Ballibierna y no forma parte del Parque Natural Posets-Maladeta. En invierno es el lugar ideal para disfrutar de la nieve, sobre todo si vais acompañados de niños.
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 Senarta desde la carretera |
En invierno, tras una copiosa nevada, la pradera de Senarta nos deparó gratas sorpresas. Realizamos un corto paseo por el bosque, rodeados de nieve, bajo un silencio sepulcral, y resultó maravilloso. Antes de llegar al puente que precede al embalse de Paso Nuevo avistamos a un pequeño jabato, que rápidamente desapareció entre la maleza.
Más tarde, de camino hacia los Llanos del Hospital, hicimos un alto para admirar la cascada de Remuñé, proveniente del barranco del mismo nombre. Pero en lugar de agua encontramos un gran bloque de hielo. La cascada se había congelado por completo.
- Trayectos:
1/ De Benasque al valle de Gistain por Aínsa (i/v).
2/ De Plan a Gistain.
3/ Senda GR-19 entre el puente Pescadores y Viadós. - Lo mejor:
- Los pueblos del valle.
- La senda GR-19. Caminábamos en solitario por ella. - Lo peor:
- Realizamos muchos kilómetros en coche entre Benasque y Gistain. - Senda: GR-19. Desde el Puente de los Pescadores (1.200 m) hasta Las Tres Bordas (i/v: 8 km).
- Desnivel: Entre 100 y 150 metros (fácil).
- Lo mejor:
- El Puente de los Pescadores.
- Caminar entre prados nevados. - Lo peor:
- Nos faltó tiempo para poder alcanzar el refugio de Viadós.
La entrada al valle de Gistain no deja a nadie indiferente. A partir de Salinas de Sin la carretera discurre junto al cauce del Cinqueta, por un tramo abrupto, flanqueada por impresionantes paredes verticales de roca, que forman el llamado "paso de La Inclusa". Los numerosos túneles abiertos en la pared apenas nos dejaban vislumbrar la belleza del congosto.
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Esa mañana, habíamos partido pronto de Benasque. Queríamos llegar cuanto antes al valle de Gistain y la ruta, con congostos y muchas curvas, no nos lo iba a poner fácil. Llegados a Salinas de Sin, en el valle del Cinca, tomamos el desvío al valle de Gistain, que como he descrito previamente no deja a nadie indiferente. Primeramente nos detuvimos en el embalse Plan d'Escún, próximo a la villa de Plan.
Embalse Plan d'Escún
Por la mañana, antes de almorzar en un restaurante de Plan situado a pie de carretera, recorrimos los dos pueblos más emblemáticos del valle: Plan y Gistain. El primero se hizo famoso en los años ochenta gracias a una caravana de mujeres y el segundo, aparte de dar nombre al valle, cuenta con bellas torres defensivas y unas vistas panorámicas de infarto. En una de ellas avistamos San Juan de Plan.
 Gistain |
 San Juan de Plan desde Gistain |
A escasos metros de la carretera que une Plan con Gistain, muy cerca de San Juan de Plan, el Puente de los Pescadores salva un impresionante congosto de cincuenta metros de altura sobre el río Cinqueta, y su visita es muy recomendable.
Muy cerca del puente, en una curva de la carretera, parte la pista forestal (GR-19) que sigue el margen izquierdo del Cinqueta. A los dos kilómetros de apacible pateada pasamos al margen derecho del río (puente de Molin), para continuar caminando hasta la pradera de Las Tres Bordas.
La nieve recién caída puso la guinda a un agradable paseo por estos bellos prados salpicados de "bordas" (pequeñas cabañas con tejado a dos vertientes en cuyo interior se guarda la paja, troncos, losas de pizarra o los utensilios para preparar el queso). Nos habíamos propuesto llegar hasta el refugio de Viadós, ubicado en la senda transpirenaica GR-11, al final del valle, pero la tarde se nos echó encima y nos quedamos a mitad del recorrido (inconvenientes de ir a la montaña en pleno mes de diciembre, con pocas horas de sol).
Senda GR-19
- Trayecto (coche): De Benasque a Cerler (i/v).
- Lo mejor: El paisaje nevado que nos rodeaba.
- Lo peor: Lucía el sol, pero hacía mucho frío.
Esta ruta la realicé en coche y nos conduce hasta Cerler, el pueblo más alto del Pirineo aragonés (1.540 metros). Estábamos rodeados de nieve, con el sol luciendo en lo alto, y los remontes de la estación de esquí funcionaban a todo trapo.
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El pueblo de Cerler se encuentra a 6 kilómetros de Benasque por carretera, por cierto, en muy buen estado gracias a la estación de esquí, que en invierno se colma de esquiadores. Vale la pena auparse hasta él para contemplar el paisaje de nevado, con la pirámide perfecta del pico Cerler como fantástico telón de fondo.
 Caras al sol |
 Pico Cerler |
Situado a 1.540 metros de altitud, Cerler/Sarllé es el pueblo más alto del Pirineo aragonés. De ser un lugar con escasas edificaciones en el siglo XVI, llega a las cuarenta casas actuales, conservando siempre su estructura primigenia. Destacan las casas Cornel y de Santamaría. La estación de esquí de Cerler, por contra, se localiza a las afueras del municipio y se construyó en 1970.
 Remontes de Cerler |
 Pistas de Cerler |
Desde Cerler, una carretera local serpentea montaña arriba durante trece kilómetros hasta los Llanos del Ampriu, una pradera verde situada a casi dos mil metros de altitud que acoge varios remontes de la estación de esquí. A unos cien metros por encima de Cerler se encuentra el Refugio Militar, singular edificio de alta montaña que me sirvió de guarida durante un mes, mientras servía a la patria en el desaparecido cuartel militar de Barbastro.
Refugio militar de Cerler
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